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Donjuanes en el Gobierno

Sol Cruz-Guzmán, arquitecta y diputada del PP en el Congreso por Sevilla, pide volver a la senda del diálogo y la negociación

Publicado: 29/10/2020 ·
23:12
· Actualizado: 29/10/2020 · 23:12
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  • Sánchez, Iglesias, Calvo e Illa en el Congreso. -
Autor

Sol Cruz-Guzmán

Arquitecta de profesión por la ETSA Sevilla. Diputada por Sevilla en el Congreso de los Diputados

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Don Juan Tenorio se desarrolla en escenario idílico, entre la hostería del Laurel y el barrio de Santa Cruz de Sevilla, donde el galán podía saltar de balcón en balcón tras sus fechorías amorosas. Nada que ver con el utillaje de plástico de Halloween, donde esqueletos y muertos vivientes no despiertan en mi ningún sentimiento de cariño, ni en la mayoría de los europeos, por más que hayamos adoptado el invento americano al que les llegó saltándose hace décadas el muro de la discordia.


Una muestra de la debilidad europea frente a la americana o la asiática, y es que a esta debilidad también se le une la industrial y empresarial, que hemos constatado en esta pandemia convertidos en rehenes de sus economías, cuando somos, o deberíamos ser, una unión de países autosuficientes. Ahora tenemos la oportunidad de replantear nuestro futuro como europeos. Es verdad que los nacionalismos -u ombliguismos- y la pluralidad europea, de costumbres, de lenguas y normativas, no lo ponen fácil, pero la mayoría, la gran mayoría estamos unidos por unos valores arraigados que permitirán, si somos generosos y conscientes del reto al que nos enfrentamos, salvar los muebles en esta crisis de la Covid-19. No sé a ustedes, pero a mi esto de “la Covid-19” me sigue sonando igual de mal que “el coca-cola” que, por cierto, nos costará más por culpa de la ministra Montero, que sube los impuestos a los ricos que osamos beber coca-cola light por las tardes para poder continuar la jornada.


Pero volviendo al día de Todos los Santos, que este año será mucho más triste para los 60.000 compatriotas fallecidos por Covid y angustioso para el sector turístico y hostelero que veía en estos puentes un salvavidas a las cuentas de este 2020. Los valores que transmitía la obra del Tenorio son síntesis de nuestro estado de derecho. Normas, coto, líneas rojas que no se pueden cruzar sin tener un mal desenlace. Normas, cotos, líneas rojas que nos marcan la Constitución, nuestras leyes y el control del gobierno.


En la obra, el protagonista, Don Juan, nos atrapa en un principio con su osadía, pero pronto comprobamos que no es un luchador en busca de un mundo mejor, de un cambio de sistema. Tenorio no es un héroe, sino el vivo retrato del desprecio por los demás, y sus actos, cometiendo todas las tropelías inimaginables para conseguir sus trofeos, hacen que tengan un final trágico, demostrando las consecuencias de una acción irreflexiva e inconsciente, porque toda acción siempre tiene una consecuencia.


No podemos, ni unidas ni separadas, seguir este modelo de actuación. No podemos permitirnos tener donjuanes en el gobierno. No esperemos al acto final en nuestro país, no vivamos la escena del cementerio de San Fernando para el necesario cambio de rumbo y el arrepentimiento. Apuremos estos días para volver a la negociación, el diálogo, al acatamiento de nuestras normas. Dejemos a un lado los ataques a la Corona, los debates sobre el independentismo catalán o la lucha por los privilegios en los Presupuestos Generales del Estado del País Vasco, Cataluña o Teruel. Pensemos en grande, porque el desafío, lo es. Pensemos en Europa. Pensemos en volver a ser el referente de país que consiguió dar la vuelta al mundo, en las páginas que nos dejó Zorrilla.

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