Francisco de Goya y Lucientes era sobre todo un artista y cuando pinta interpretaba la realidad y lo que llegaba al público era la realidad según la versión del pintor. Eso fue lo primero que quiso dejar claro Manuela Mena Márquez, jefa de Conservación de Pintura del Siglo XVIII y Goya del Museo del Prado, para rebatir otras afirmaciones sobre la obra del artista aragonés que la califican como una crónica de los acontecimientos que le tocó vivir. Para Manuel Mena, sin embargo, lo que Francisco de Goya transmitía en sus cuadros era lo que él había visto, no necesariamente lo que fue la realidad, y como tal sujeto a la subjetividad del artista. No ofrecía las cosas como habían sido sino como habían sido para él. Otro de los aspectos, entre muchos, dados a conocer por Mena, fue la supuesta influencia de Cádiz en una de las obras más conocidas del pintor, refiriéndose a su estancia en el sur y el conocimiento de los Carnavales, lo que podría haberle servido de inspiración para la primera colección de grabados titulada Los caprichos. La conservadora del Museo del Prado protagonizó la quinta de las conferencias organizadas por la Real Academia de San Romualdo de Ciencias, Letras y Artes de San Fernando y se desarrolló en el salón de actos de la Casa de la Cultura. La conferenciante de la noche fue presentada por el académico Jerónimo Prieto Pontones, que leyó una pequeña parte del currículo de Mena.