El coleccionismo fotográfico es uno de los sectores más inexplorados de todo el coleccionismo cofrade, mientras que es también uno de los que da más frutos bibliográficos como el libro “La Semana Santa de Manuel Albarrán. El fotógrafo de las cofradías de Sevilla”, que explora las imágenes del reconocido fotógrafo sevillano.
Enrique Guevara, uno de los ideólogos y coautores del libro, explica su afición al coleccionismo fotográficos y como tiene que “distribuirlo entre varias viviendas, para poder tener espacio para todo y que no se genere un síndrome de diógenes”. Esto le ha llevado a comprar en más de una ocasión la misma foto que ya tenía en su colección, pero “tiene tanto valor que no puedes dejarlo ahí”. Sobre el valor, Guevara apostilla que sentimentalmente no puede “ver una foto de la Macarena en el mercado, que de alguna manera se comercializa con ella, es una especie de rescate del papel antiguo”. En estos casos, el problema de este tipo de compras es que el precio de mercado puede llegar a subir.
Sobre la manera que tiene de almacenar las diferentes fotografías, el escritor admite que no las guarda al llegar a casa, sino que las mantiene durante unos días “en el escritorio e incluso llego a examinarlas con lupa”. En este sentido, Enrique Guevara advierte en La Pasión, que lo más interesante de este tipo de fotografías, no suele ser la imagen sagrada que sale en ellas, sino “los comercios que estaban en ese entorno por aquel entonces, la luz para poder adivinar la hora… es lo que le da valor a la imagen”.
Si quieres descubrir más sobre las fotografías de nuestra Semana Santa, puedes verlo en el último programa de La Pasión en el siguiente enlace.