El pasado 17 de agosto España entera se movía entre el estupor y la rabia por los atentados de Barcelona pero en Málaga, sorteando el envite de la barbarie, se escribió un capítulo luminoso, otro más, de una historia mucho más amable: la que une a la plaza de toros de La Malagueta con el diestro Enrique Ponce. El diestro de Chiva se hizo protagonista de una de las tardes “más mágicas” que reconoce haber tenido en su vida tras las casi 2.400 corridas de toros que lleva abrochadas a su taleguilla. Y todo esto es porque Ponce indultó al toro ‘Jaraiz’, de la ganadería de Juan Pedro Domecq después de un faenón que se saldó con dos orejas simbólicas y una emoción generalizada. Si se le pregunta por cómo era el toro al que tuvo que enfrentarse lo tiene claro: “Fue un toro que a mí me gustó mucho. Lo que yo viví con ‘Jaraiz’ no lo he vivido muchas veces. Como yo me transporté a otra dimensión al escuchar ‘Le di a la caza alcance’ que cantó como nunca Estrella Morente. Yo estaba soñando el toreo. Realmente no me acuerdo de los matices que tuvo ‘Jaraiz’ porque lo soñé. Te abandonas. No me preocupaba que me cogiera porque sabía que no me iba coger y si me cogía no me dolería por lo físico sino porque iba a estropear todo aquello. Algo tendría para que, cuando lo recuerdo, todavía me emocione”.
Habla de la voz de Morente porque esta corrida que se rememora, además de ser de estética picassiana se desarrolló bajo el formato de Crisol: un espectáculo que aúna la lírica, con los toros y el flamenco: “Era un sueño que teníamos con esta innovación dentro de la esencia de una corrida de toros. Teníamos puestas muchas ilusiones y sabemos que hay críticas pero la idea y espectáculo ha calado hondo en la mayoría de la afición y una cosa muy importante es que me han felicitado muchos compañeros de profesión. Yo sé que esto no se para hacerse todos los días porque sólo se puede hacer en lugares puntuales por eso sabía que Málaga, porque conozco muy bien a la afición después de tantos años, iba a tener la sensibilidad para apreciarlo y no me equivoqué”.
Reconoce que la de Málaga es una de sus plazas favoritas. Sobran muchos dedos en una mano para contar las veces que ha faltado a la Feria de Agosto y sabe de sobra lo que es proclamarse triunfador. Tras la faena de ‘Jaraiz’ se ha hecho con su sexto Capote de Paseo, otorgado por el Ayuntamiento, y con su tercer Estoque de Plata, concedido por la Diputación. Es además, el autor de los dos únicos indultos que se han vivido en el coso malagueño: el de ‘Guisante’ en 2000 y el citado del pasado agosto.
En estos momentos, Enrique Ponce se recupera de una rotura de fibras que le ha hecho perderse algún compromiso reciente pero espera poder estar recuperado para comparecer en Zaragoza, donde cerrará su temporada española para pensar en América. Allí entre otros, toreará en México a favor de los damnificados por el reciente terremoto. Terminará de nuevo una campaña en todo lo alto y ya van casi tres décadas en figura. ¿El secreto?, según él es éste: “Creo que hay una cosa fundamental y es que Dios te tiene que tocar con su varita mágica porque por mucho que te preocupes o tengas afición, Dios te tiene que tocar. Ademas de eso, hay que tener humildad para seguir creciendo y aprendiendo”.