El activista malagueño Paco Vega, que hace 41 días comenzó una huelga de hambre por la renta básica en Andalucía -la tercera que lleva adelante- ha escrito una emotiva pero también clarificadora carta en la que explica a sus seres queridos los motivos de su lucha y la razón por la que no ceja en su empeño a pesar de ver peligrar su salud.
Vega, sin pausa en su protesta por cambiar la realidad de la exclusión social, escribe las palabras que reproducimos íntegramente.
“A mis hijas Raquel y Maica, a mi amor Yayo, a mi “cuñao” Jose, a mis nietas, a Clau, a toda la gente que quiero y me quiere, y que sería muy largo de reflejar aquí.
Soy consciente del daño que os hago y el sufrimiento que os provoco, continuando en huelga de hambre después de cuarenta días y tras haber sido llevado dos veces a urgencias. Si lo hago, como escribí en mi carta abierta al comenzar esta tercera huelga de hambre:
“No es como consecuencia de que se me ocurrió en una noche de copas. Es una decisión pensada detenidamente y madurada”. Estoy harto de ver personas rebuscando en los contenedores de basura. Haciendo cola en los comedores sociales para poder comer. Personas que mal viven gracias a la pensión de la abuela y/o abuelo. Personas que son desahuciadas de sus casas por no poder hacer frente al pago de la misma.
Personas que le cortan la luz. Personas que tienen que recurrir a los servicios sociales y a la caridad, para cubrir los gastos más esenciales. Mujeres víctimas de la violencia de género, que tienen que seguir soportando al maltratador, por no disponer de los recursos económicos que le permitan liberarse del canalla. Luego, nos enteramos por los medios de comunicación de otro asesinato machista, guardamos un minuto y silencio y la vida sigue.
Esto y mucho más, que sería muy largo de exponer, ocurre en nuestra Comunidad Autónoma. Aquí y ahora. No en la pos guerra de hace ochenta años. Es ahora. Año tras año, nuestra Comunidad Autónoma, sigue a la cabeza de todo el estado español y de toda la Unión Europea, en desempleo y en pobreza infantil.
Sin embargo, mientras sufrimos esta realidad cotidiana, resulta que, el “derecho a una renta básica que garantice unas condiciones de vida digna” tal como recoge nuestro Estatuto de Autonomía para Andalucía, aprobado hace más diez años, sigue sin aplicarse.
Parece obvio que la Junta de Andalucía tiene otras prioridades. Así que como aprendí en mi juventud que las cosas se consiguen luchando, pacíficamente, por supuesto, pero luchando y, además, acabo de cumplir sesenta y cinco años, y he comprobado más de una vez que esto es así, y que a la clase obrera, nadie nos regalará nunca nada, y al no tener respuesta a los escritos presentados a la Junta de Andalucía, el día 10 de octubre, comencé mi tercera huelga de hambre, en un año.
La vida es eso. O reivindicamos nuestros derechos, o seguirá pasando el tiempo y podemos caer en el pesimismo, conformismo, apatía y espíritu derrotista. Y la renta básica no es caridad es un derecho. ¡Ya está bien!
Así que os pido perdón por el daño que os hago, pero la dignidad no se mendiga, se reivindica con fuerza. Es lo que intento hacer con la huelga de hambre que está en el día 41. Reivindicar que se cumpla lo recogido en nuestro Estatuto de Autonomía para Andalucía: “Todos tienen derecho a una renta básica que garantice unas condiciones de vida digna”
La dignidad es nuestra última trinchera y no podemos dejar que nos pisoteen. Son ya siete escritos reiterando la solicitud de entrevista con la presidenta de la Junta, Susana Díaz, sin tener respuesta. Cada día laborable, de 10 a 12 horas, estoy a las puertas de la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía en Málaga, calle Alameda Principal, 18 (junto a Antigua Casa de Guardia), para visibilizar mi protesta.”