En 1717, Málaga veía nacer al que sería uno de los grandes nombres de la imaginería barroca: Fernando Ortiz. Para conmemorar el 300 aniversario de su nacimiento la sala Ars Málaga, perteneciente al Obispado de la ciudad acoge una muestra sobre u obra. Esta exposición surgió de un encuentro organizado por José Luis Romero Torres, historiador del arte, y a la sazón comisario de la exposición, que hace en Osuna y en el cual se exhiben cuatro piezas de Ortiz. Gracia a esta iniciativa se vuelve a poner en labor su nombre y nace la idea de hacer otra en su tierra natal que tuviera una representación de su vida y su obra. El comité encargado de su organización implicó a otras diócesis de Andalucía como Sevilla, Cádiz, o Asidonia- Jerez u otras instituciones relacionadas con el arte como es el Museo Nacional de Escultura de Valladolid.
Varios espacios se aben para adentrarse en las creaciones del que fuera Académico de Bellas Artes de San Fernando. El primero de ellos tiene como misión dar a conocer la identidad artística de Ortiz y lo hace con una talla de Santa teresa proveniente del municipio jienense de Alcaudete como pieza emblemática, ya que en el libro que la santa porta en su mano izquierda aparece su firma.
Una sala en exclusividad está dedicada a una pieza muy especial: la imagen de la Merced Comendadora. Esta virgen, con un espectacular tratamiento de los paños, procede del monasterio de las Mercedarias de Osuna y es la primera vez que sale de la localidad sevillana.
Amén de algunos fondos que demuestran que el malagueño también dejó legado en cuanto a diseños, se puede observar también cómo Ortiz no sólo trabaja la madera sino también otros materiales como el mármol. En este sentido, se cuenta con piezas como el relieve del Museo del Prado sobre una alegoría de la filosofía, que aquí se muestran mediante una recreación, o la Inmaculada que años atrás se encontraba en el cementerio de San Miguel y que ahora pertenece al Museo del Patrimonio. Lo curioso, es que una de las tallas marmóreas más representativas de Ortiz es la Virgen de las Angustias que preside la fachada principal el palacio episcopal malagueño.
El mundo cofrade malagueño también cuenta con piezas salidas de su taller. En la última sala expositiva que ocupa el espacio de la capilla se encuentra el stábat mater que conforman el Santísimo Cristo del amor, que procesiona el Viernes Santo, y la dolorosa que se encuentra a sus pies. El colofón de esta muestra, que podrá visitarse hasta el 14 de enero, viene de la mano de la Virgen de los Dolores de la orden tercera de Servitas. Aunque no esté en la exposición, otro de estos ejemplos es la imagen de Nuestro Padre Jesús Orando en el Huerto, titular de la cofradía del mismo nombre. De su hechura original se conservan la cabeza y algunas extremidades. La imagen reside culto en la parroquia de los Santos Mártires.
Para el sacerdote Miguel Ángel Gamero, director de Patrimonio de la Diócesis de Málaga, “va a pasar mucho tiempo hasta que veamos reunidas en el mismo espacio esta gran cantidad de obras de Fernando Ortiz”. “Málaga estaba en deuda con este artista”, culmina Gamero.