Matrícula de deshonor

Amistad

La amistad está excesivamente explotada y se utiliza demasiadas veces restándole valor a un concepto que va mucho más allá que salir de marcha

Publicado: 26/04/2022 ·
10:52
· Actualizado: 26/04/2022 · 10:52
  • Amistad. -
Autor

Federico Pérez

Federico Pérez vuelca su vida en luchar contra la drogadicción en la asociación Arrabales, editar libros a través de Pábilo y mil cosas

Matrícula de deshonor

Un cajón de sastre en el que hay cabida para todo, reflexiones sobre la sociedad, sobre los problemas de Huelva, sobre el carnaval...

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Siempre he dicho que la amistad está excesivamente explotada y se utiliza demasiadas veces restándole valor a un concepto que va mucho más allá que salir de marcha. Este preciado don es parte intrínseca de nuestra vida y sin ese valor nos sentiríamos vacíos, y lo que es peor, muy solos. Pero como expongo, la amistad es más que unas risas, implica incondicionalidad, confidencialidad y esa disponibilidad tan poco valorada.

La amistad en esta sociedad tan egoísta, tan competitiva e individualista está en decadencia, y es mal entendida y aplicada en un sentido más materialista, donde las sombras deben ser excesivamente amplias y si me apuras, con una buena piscina. Sentir el valor de la amistad y profesarla no tiene parangón, ni es fácil de exponer en tan breves líneas, pero quien la siente de forma recíproca obtiene, según Henri Lacordaire, “el más perfecto de los sentimientos del hombre”. Pero claro, hablamos de la verdadera amistad, y eso no se encuentra en cualquier esquina ¿o sí?

Lo que está claro es que somos nosotros mismos lo que elegimos a nuestras amistades y que, bien definida y más allá de las relaciones sociales, no entiende de clases, ni de economía, ni de cultura, ni siquiera la distancia puede contra ese preciado valor que se lleva a capa y espada durante el resto de nuestras vidas, asumiendo que dicha amistad, en el más puro sentido de la palabra, implica errores: pedir perdón o ser perdonado, pero sobre todo, saber y querer estar al lado de aquellos y aquellas que son nuestros amigos.

Para Cicerón, “la amistad es un don concedido por los dioses”, y se debe conocer, sentir, vivir y apreciar sus consecuencias. Y a pesar de lo que dicen, la amistad no siempre es un tesoro, también es un compromiso e implica un esfuerzo que nadie te obliga a adquirir; léanse El Quijote. Pero cuando se confunde, cuando se tergiversa, cuando se utiliza, llega la deslealtad, la traición o como solemos decir en el argot más callejero: “la puñalada trapera”, pero eso no es amistad. Triste de aquel que jamás conoció la verdadera amistad y si algún día la tuvo, no supo apreciarla.

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