España, Francia, Alemania y otros países de la Unión Europea rechazaron la idea de prohibir la pesca de arrastre en todas las áreas marinas protegidas
España, Francia, Alemania y otros países de la Unión Europea (UE) rechazaron este lunes la idea de prohibir la pesca de arrastre en todas las áreas marinas protegidas de la UE para 2030 y alertaron del impacto económico para el sector de una medida de tal alcance.
El asunto se debatió en un Consejo de ministros de Pesca de la UE, a partir de una serie de cuestiones planteadas sobre el paquete pesquero presentado el pasado febrero por la Comisión Europea.
Entre las cuatro iniciativas que lo componen, se incluye un plan de acción para proteger y restaurar los ecosistemas marinos que tiene por objetivo eliminar gradualmente la pesca de fondo móvil en todas las zonas protegidas, como muy tarde en 2030.
En España se dedican a la pesca de arrastre unos 805 barcos, el 10 % de los buques de la flota nacional.
El ministro español de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, dijo hoy en un debate público que el paquete de propuestas de Bruselas hace preguntarse "qué futuro" tiene el sector pesquero europeo y llamó a mantener un equilibrio entre los tres pilares: el medioambiental, el económico y el social.
Planas subrayó que eliminar la pesca de arrastre de fondo "en todas las áreas marinas protegidas sin excepción no es adecuado", y opinó que hace falta que el plan de acción sea acompañado de "un trabajo científico sólido" y un estudio de impacto económico y social.
"Si esta propuesta llegara a llevarse a la práctica, estaríamos condenando la pesca artesanal francesa y europea y no de aquí a veinte años ni a diez años, sino mañana", dijo por su parte el secretario de Estado francés encargado del Mar, Hervé Berville, en su intervención.
"No es un objetivo proporcionado ni va acompañado de ninguna evaluación de impacto en profundidad. Presentar esto a los sectores no es serio ni está a la altura. No se hace una diferencia entre las distintas técnicas de pesca ni se tiene en cuenta la necesidad de abordar cosas de manera individualizada", señaló el representante francés.
También el titular alemán se mostró crítico y subrayó que pese a que su país comparte la importancia de lograr la protección de la biodiversidad en zonas marinas y que considera "prioritario que la pesca siga siendo sostenible", también es consciente de que la supervivencia del sector pesquero europeo es "elemental para la soberanía alimentaria".
"Una prohibición total (de la pesca de arrastre de fondo) no parece sin embargo lo más adecuado para lograr los objetivos", dijo el ministro alemán de Agricultura, Cem Özdemir, y alertó de que "tendría consecuencias socieconómicas importantes en el Mar del Norte".
Por ello, llamó a hacer una diferencia entre las prácticas de pesca según sean de gran rendimiento o de menor intensidad.
También Portugal mostró su preocupación "por ciertas medidas que son demasiado restrictivas" entre las propuestas de Bruselas que pueden tener "gravísimas repercusiones para el sector a corto plazo".
Dinamarca hizo hincapié en su apoyo a la "transición verde", pero consideró que las nuevas medidas deben ser adaptadas al fin que persiguen y se sumó a la oposición a la prohibición de la pesca de fondo e insistió en que se debe conocer "las consecuencias económicas" que la propuesta tendría para el sector.
"No queremos que se prohíba totalmente la pesca artesanal en todas las zonas protegidas, nos preocupa el marco jurídico", señaló por su parte la delegación irlandesa, que hizo hincapié también en que la Comisión no ha tenido en cuenta el impacto del Brexit a la hora de presentar su informe.
Por su parte, el comisario de Pesca, Virginijus Sinkevicius, dijo al término del debate haber "tomado buena nota" de las aportaciones de los ministros.
Recordó que los Estados miembros deberán proponer medidas, que después serían evaluadas por un comité científico "caso por caso".
"Les aliento a evaluar la situación en sus aguas, a debatir con los actores implicados", dijo el comisario, y añadió que se llevará a cabo una evaluación científica si después del procedimiento previsto quedara claro que hace falta hacerla.
El comisario reconoció que "no es un debate fácil", pero insistió en que la degradación del ecosistema pone en gran peligro la supervivencia del sector.
"Hay que encontrar un equilibrio", dijo Sinkevicius, que consideró que el plan de acción lo consigue.
También subrayó que el plan presentado prevé que los Estados miembros cooperen y propongan hojas de ruta y medidas teniendo en cuenta las especificidades regionales y nacionales.
"Se constata un movimiento en positivo hacia ese equilibrio tan difícil de encontrar. Este paquete es una oportunidad", consideró el comisario.