"Este es el 'statu quo' de Taiwán", cuyo retorno a China "es un componente del orden internacional de la posguerra", insistió
El ministro chino de Exteriores, Qin Gang, consideró hoy "absurdas" las críticas a su país por pretender cambiar unilateralmente y por la fuerza el 'statu quo' sobre Taiwán, aunque advirtió de que "ambos lados del Estrecho pertenecen a China".
"Ha habido recientemente una absurda retórica acusando a China de retar el orden internacional y cambiar unilateralmente el 'statu quo' en el Estrecho de Taiwán mediante la fuerza o la coerción. Esas críticas van contra el sentido común (...), son de una lógica absurda y sus consecuencias, desastrosas", dijo Qin.
El diplomático hizo estas manifestaciones en Shanghái durante el discurso inaugural del Foro de Lanting sobre la Modernización China y el Mundo, en el que también subrayó que Taiwán "ha sido parte inalienable de China desde tiempos antiguos" y que "ambos lados del Estrecho pertenecen a China".
"Este es el 'statu quo' de Taiwán", cuyo retorno a China "es un componente del orden internacional de la posguerra", insistió.
Según Qin, quien defendió el compromiso de su país con la Carta de Naciones Unidas, "las personas justas pueden ver perfectamente quién está aprovechándose o desechando a Naciones Unidas a su conveniencia, quién está perturbando el orden internacional y quién emplea técnicas hegemónicas y de acoso".
"No es China, sino las fuerzas separatistas taiwanesas y un puñado de países quienes alteran las reglas internacionales y amenazan la estabilidad en el Estrecho", espetó el canciller.
Además, advirtió de que "quienes juegan con fuego" sobre la cuestión de Taiwán "acabarán quemándose" y agregó que "no habrá ambigüedad" en la respuesta de Pekín a cualquiera que trate de "distorsionar" el "principio" de 'una sola China'.
Las advertencias del ministro chino de Exteriores se producen en momento de nuevas tensiones entre Pekín y Washington a cuenta del reciente paso de la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, por Estados Unidos, donde se reunió con el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy.
En respuesta, China desplegó cuatro días de maniobras militares alrededor de Taiwán e impuso sanciones a entidades taiwanesas y estadounidenses, y a sus responsables.
Pekín considera a Taiwán una provincia rebelde desde que los nacionalistas del Kuomintang se replegaron allí en 1949 tras perder la guerra civil contra el Ejército comunista.