El Parlamento afgano ha elegido a Asadulá Jalid, sobre el que pesan acusaciones de torturas, tráfico de drogas y asesinato, como nuevo jefe de la agencia de Inteligencia, la Dirección Nacional de Seguridad (NDS), según informa la corresponsalía afgana de la emisora pública estadounidense Radio Liberty.
Varios grupos pro Derechos Humanos y cargos políticos occidentales han denunciado que Jalid es responsable de ordenar numerosos abusos contra los detenidos durante su etapa como gobernador de las provincias de Kandahar y Ghazni.
Un memorándum del Gobierno canadiense con fecha de 2007 indica que existen contra Jalid "varias acusaciones por abusos numerosos y constantes contra los Derechos Humanos".
"Según múltiples fuentes, entre ellas la Embajada de Reino Unido, el gobernador (Jalid) cuenta con un centro de detención privado debajo de su casa de huéspedes", indica el documento recogido hace dos años por la cadena CBC.
El ex viceembajador canadiense, Richard Colvin, llegó a testificar que Jalid, con quien trabajó entre 2005 y 2008, "era conocido en el lugar por encabezar una trama de narcóticos". "Tenía una banda criminal y mataba a quienes se interponían en su camino", explicó Colvin.
Jalid ha negado estas acusaciones, que ha tachado de "propaganda", según declaraciones recogidas por CNN a principios de septiembre.