La ministra de Defensa española, Carme Chacón, anunció ayer que España enviará a Somalia una fragata y un petrolero de apoyo, y participará en el mando operativo de la misión que la UE pondrá en marcha en enero para luchar contra la piratería en aguas del Índico, frente a las costas somalíes.
La titular de Defensa, acompañada por el jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad), el general Julio Rodríguez, ha visitado por primera vez a los 90 militares españoles, la mayoría del Ejército del Aire, que se encuentran en Yibuti, cumpliendo una misión de vigilancia y control marítimo en el golfo de Adén desde hace finales de septiembre.
Allí compartió la jornada con el ministro de Defensa francés, Herve Morín, con quien además firmó un acuerdo de colaboración por el que las fuerzas destacadas por ambos países en Somalia actuarán de forma conjunta contra los piratas. Este acuerdo permitirá que ambos países intercambien personal militar, información de inteligencia y apoyo mutuo.
Tras suscribir el acuerdo, Chacón avanzó que España ha ofrecido situarse al frente del mando de la fuerza naval de la UE y aportará una fragata y un petrolero de apoyo, además de mantener el P3-Orión en la base de Yibuti. La operación, que se encuentra en fase de preparación con el objetivo de ser desplegada a finales de diciembre o principios de enero, involucraría así a unos 1.000 efectivos. Los ministros de Defensa de la UE definirán la misión el próximo 10 de noviembre y probablemente en otra reunión que se celebrará el 3 de diciembre se apruebe.
La ministra manifestó en que en diciembre comparecerá ante el Congreso para hablar de las misiones en el exterior y solicitará la autorización parlamentaria para la nueva misión en Somalia.
Añadió que en esa comparecencia reiterará que el límite de los 3.000 militares en el exterior, establecido por el Gobierno, está “obsoleto”, porque la Ley de Defensa Nacional dispone que sea el Parlamento el que autorice el máximo número de efectivos para cada misión. En sus declaraciones a los periodistas, Chacón destacó que el golfo de Adén es un agujero negro para las leyes y el tráfico marítimo y precisó que por sus aguas se mueven unos mil piratas que desde 2005 han perpetrado unos 150 ataques y apresado más de medio centenar de buques.