Al menos 27 personas han perdido la vida en una cadena de ataques con coches bomba y armas de fuego perpetrados en barrios de mayoría chií de diferentes puntos del país, que vuelve a encaminarse a la guerra sectaria.
Dos coches bomba han dejado al menos cinco muertos y 10 heridos en Basora, en el sur del país. También han estallado vehículos cargados con explosivos en Nayaf, Nasiriya, Kut, Hilla, Tuz Jurmato y Mahmudiya, en el sur de Bagdad.
Además, seis policías han muerto en un ataque contra un puesto de control en Hadhar, cerca de la ciudad de Mosul, en el norte del país, según confirmaron fuentes policiales.
Más de 1.000 personas han fallecido en mayo en ataques sectarios. El mes pasado se convirtió así en el más sangriento de los últimos cinco años, desde el fin de las masacres interconfesionales de 2006-2007.