El nuevo ministro de Justicia, Francisco Caamaño, tendió ayer la mano a todos los profesionales del Derecho, a los que ofreció un diálogo sincero y su disposición a conseguir acuerdos, aunque recordó a los jueces y magistrados que su independencia debe ir unida a la responsabilidad.
En sus primeras palabras como ministro tras prometer su cargo ante los Reyes, pronunciadas durante el acto de traspaso de la cartera de manos de su antecesor, Mariano Fernández Bermejo, Caamaño insistió en el firme compromiso del Gobierno con la Justicia y su necesaria modernización.
Caamaño, hasta ahora secretario de Estado de Asuntos Constitucionales y Parlamentarios, destacó la independencia que la Constitución otorga a los jueces y magistrados, aunque les recordó que ésta debe ir unida a la responsabilidad.
En este sentido, y en declaraciones posteriores a los medios de comunicación, recalcó que los jueces son un poder del Estado y explicó que en un Estado de Derecho, todos los poderes responden a los ciudadanos.
Así, indicó, mientras que el Legislativo y el Ejecutivo responden a través de las urnas, el Poder Judicial responde “con su correcta actuación” y se mostró convencido de que “así lo han hecho y así lo seguirán haciendo”.
Caamaño se mostró convencido además de que en un tema tan importante como la Justicia, con la que el Gobierno –dijo– tiene un firme compromiso, “son muchas más las cosas que nos unen que las que nos separan”, tras lo que ofreció su colaboración al Consejo General del Poder Judicial “en todo lo que sea necesario”.
“No cejaré en mi empeño” de ofrecer un diálogo sincero y abierto a todos los colectivos de la Administración de Justicia, insistió Caamaño, quien añadió que la Justicia requiere sin más demora su modernización, tanto en los medios técnicos y materiales como en la formación del personal.
Según el nuevo ministro, una Administración de Justicia eficaz es la mejor garantía de funcionamiento del Estado de Derecho y, por ello, finalizó su discurso animando a los asistentes al acto a “trabajar, por la Justicia y por España”.
Además de la vicepresidenta primera del Gobierno, asistieron al traspaso de cartera en el Ministerio de Justicia los titulares de Agricultura, Elena Espinosa; de Vivienda, Beatriz Corredor, y de Trabajo, Celestino Corbacho; el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido; y el presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, Carlos Dívar.
Otros de los asistentes fueron el portavoz del grupo parlamentario socialista, José Antonio Alonso; la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín; el vicepresidente del CGPJ, Fernando de Rosa, y el abogado general del Estado, Joaquín de Fuentes.
Bermejo: “Probablemente no he estado a la altura”
El ex ministro de Justicia Mariano Fernández Bermejo se despidió ayer del cargo que ha ocupado los últimos dos años agradeciendo al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, la oportunidad que le dio y admitiendo que, “probablemente”, no ha estado a la altura de las circunstancias.
“Permítanme agradecer al presidente del Gobierno la oportunidad que me dio de disfrutar de esta experiencia, y a mi equipo, porque ha estado a la altura de estas circunstancias, a la que probablemente yo no he llegado, pero ellos sí”, dijo Bermejo antes de traspasar la cartera de ministro a su sucesor, Francisco Caamaño, al que llamó Fran y deseó “mucha suerte”.
El nuevo ministro respondió a Bermejo dirigiéndose a él por su nombre de pila, Mariano, y destacando la “intensidad” de su trabajo y su “dedicación” durante su etapa al frente del departamento. “Además, hoy somos conscientes de tu generosidad”, añadió Caamaño en referencia a la dimisión.