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La ONU condena a España por la muerte por sida de un preso murciano

El Comité de Derechos Humanos de la ONU ha condenado a España por no haber avisado a los familiares de un preso murciano, que falleció de SIDA cuando cumplía condena en el penal de El Dueso, en la localidad cántabra de Santoña, "de la gravedad de su estado de salud".

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El Comité de Derechos Humanos de la ONU ha condenado a España por no haber avisado a los familiares de un preso murciano, que falleció de SIDA cuando cumplía condena en el penal de El Dueso, en la localidad cántabra de Santoña, "de la gravedad de su estado de salud"

El dictamen del Comité, al que ha tenido acceso EFE, señala que "la actitud pasiva del centro penitenciario, que tampoco informó a la dirección general de Instituciones Penitenciarias del agravamiento de la salud del interno, D.M., privó a sus familiares de una información que, sin duda, tuvo un impacto significativo en sus vidas".

El Comité ha dado un plazo de 180 días al Gobierno de España para que le envíe información sobre las medidas que haya adoptado para aplicar este Dictamen.

Asimismo, le obliga a ofrecer a los familiares del fallecido "una reparación apropiada, incluida una indemnización adecuada a la violación que se ha producido" y le advierte sobre la obligación "de evitar que se cometan violaciones similares en el futuro".

La denuncia a este órgano de Naciones Unidas fue presentada por la madre y dos hermanos del fallecido, que estuvieron defendidos por el letrado murciano José Luis Mazón, quien con anterioridad había planteado un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional que no prosperó.

El Dictamen señala que D.M. fue condenado por varios delitos contra la propiedad a 28 años de prisión y que en junio de 1984 ingresó en la cárcel de Murcia, donde permaneció hasta el 12 de octubre de 1985, para cumplir su condena.

Posteriormente, "alternó las estancias entre este centro y las prisiones de Puerto de Santa María (Cádiz) y Gijón, para terminar en la de El Dueso (Cantabria).

En un informe médico de noviembre de 1990, expedido con ocasión de su llegada al centro penitenciario de Gijón, consta que había sido diagnosticado como VIH positivo el 4 de abril de 1989

Ya en El Dueso, añade la resolución del Comité de la ONU, fue atendido en marzo de 1993 por los servicios médicos del establecimiento por diversas dolencias, y con posterioridad el SIDA que padecía se complicó con una tuberculosis pulmonar y una infección intestinal.

Afirma también el Comité que el interno falleció en enero de 1994, sin que sus familiares hubieran visto atendida su petición de que pasara a la situación de libertad condicional por su estado de salud y sin que fueran avisados de su agravamiento antes de que se produjera su óbito.

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