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El papa reúne a miles de fieles en El Paso, al otro lado de la frontera

"Venimos para estar cerca del papa", dijo María Moya, de 68 años, a la entrada del recinto, que está ubicado a pocos metros de la frontera y que goza de una vista panorámica sobre Ciudad Juárez y la valla que separa las dos urbes

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  • Misa. -

La ciudad estadounidense de El Paso sintió hoy como propia la visita del papa Francisco a la mexicana Ciudad Juárez al congregarse en la población fronteriza miles de fieles en su estadio de fútbol americano para seguir en directo la misa que se oficiaba al otro lado de la valla.

"Venimos para estar cerca del papa", dijo María Moya, de 68 años, a la entrada del recinto, que está ubicado a pocos metros de la frontera y que goza de una vista panorámica sobre Ciudad Juárez y la valla que separa las dos urbes.

La pantalla gigante del estadio Sun Bowl trasladó la imagen del papa a El Paso e hizo creer a los espectadores de la misa televisada que habían vivido en directo la histórica visita de Francisco a la frontera mexico-estadounidense.

El estadio vibró con intensidad cuando la realización de la misa conectó con el Sun Bowl, fue el momento en el que el papa se acercó a la frontera para rezar por los que han muerto tratando de cruzar a Estados Unidos. Ahí, el pontífice saludó a los reunidos en El Paso, o así lo entendieron ellos.

Fue aún más especial cuando en el transcurso de la misa el pontífice envió un mensaje a los concentrados ante la valla y "en especial a aquellos que se han congregado en el estadio de la Universidad de El Paso, bajo la guía de su obispo Mark Seitz".

"Gracias a la ayuda de la tecnología, podemos orar, cantar y celebrar juntos ese amor misericordioso que el Señor nos da, y el que ninguna frontera podrá impedirnos de compartir", les dijo, al agradecerles "hacernos sentir una sola familia y una misma comunidad cristiana".

Los 50.000 asientos del Sun Bowl no estaban llenos, pero eso no deslució una fiesta que duró cerca de seis horas y que organizó la Diócesis de El Paso para reunir a sus fieles tras conocer que el papa argentino no tenía intención de cruzar la línea fronteriza.

"El papa no quiere cruzar y yo tampoco", dijo entre risas Jairo Martínez, cuya esposa participó sin suerte en el sorteo de las 10.000 entradas para asistir a la misa que Ciudad Juárez dio a las iglesias de El Paso.

Los motivos expresados para no cruzar a México de los asistentes hoy al estadio eran de toda índole: o no querían estar en medio de la aglomeración, o se negaban a permanecer horas de espera de pie y bajo el sol, o aún tenían miedo de la que antaño fue la ciudad más peligrosa del mundo.

También estaban los que de cruzar a México no hubiesen podido regresar a El Paso ya que no tienen los papeles en regla.

Pero no todos los paseños fueron al Sun Bowl, muchos optaron por cruzar a Ciudad Juárez y ver al pontífice de primera mano: 10.000 con entrada para la misa, otros 4.000 como voluntarios y centenares para verlo pasar en su papamóvil o, simplemente, para vivir la experiencia.

Muchos cruzaron los puentes internacionales que unen las dos ciudades el martes y pasaron la noche en casas de familiares, otros madrugaron y optaron por llegar a Ciudad Juárez con la seguridad de la luz del día.

Además, algunos paseños se concentraron del lado estadounidense de la valla, ya que la misa que el pontífice ofreció en el antiguo recinto ferial de Ciudad Juárez estaba a escasos 80 metros de la frontera.

El jefe de la Iglesia católica concluyó en Ciudad Juárez una visita de cinco días a México y destacó, en su mensaje de despedida, "luces que anuncian esperanzas" para el país azteca.

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