Un año después del terremoto que arrasó varias zonas de Nepal dejando cerca de 9.000 muertos, la mayor parte del patrimonio histórico del país sigue sin levantarse por culpa de las dilaciones en los acuerdos políticos y la falta de fondos para acometer una tarea ingente.
Un grupo de escultores trabaja de manera afanosa en el espacio de la histórica fuente Sundari Chowk en la plaza Patan Durbar de Katmandú, uno de los lugares nepalíes más reconocidos internacionalmente.
Algunos cincelan las piedras y otros se esmeran con la madera mientras albañiles, carpinteros y operarios trabajan de forma simultánea en un esfuerzo conjunto para recuperar un renqueante monumento que forma parte del patrimonio de la humanidad declarado por la UNESCO.
Más de la mitad del trabajo de reconstrucción del monumento se ha completado en los últimos cuatro meses, cuando empezó la reconstrucción.
"Estamos haciendo el máximo esfuerzo para completar el trabajo en los próximos tres meses", indicó a Efe el escultor Sanjeev Shakya.
El buen ritmo de la tarea en la Plaza Durbar contrasta, no obstante, con el escaso progreso que Nepal puede mostrar sobre la marcha general de la recuperación de su legado arquitectónico histórico.
Un año después de que un seísmo sacudiera el país el 25 de abril, el Gobierno ha iniciado la reconstrucción en apenas media docena de emplazamientos arquitectónicos de entre cientos que se convirtieron en escombros durante el terremoto.
Tuvieron que pasar nueve meses para que el 19 de enero el Gobierno formalmente comenzara los trabajos de recuperación del patrimonio y de los lugares históricos con un acto de colocación de la primera piedra en el Rani Pokhari de Katmandú que encabezó la presidenta, Bidhya Devi Bhandari.
Tres meses después, la reconstrucción de ese templo aún ni siquiera ha comenzado.
El Departamento de Arqueología (DOA), el organismo gubernamental encargado de la tarea, publicó su plan de trabajo en enero y anunció un proyecto completo para la reconstrucción de 75 lugares para este año fiscal que finaliza en julio.
Hasta ahora, el Gobierno ha completado el proceso de convocatoria pública para 42 de estos emplazamientos y se espera que estos días, en coincidencia con el aniversario de la tragedia, muchos puedan arrancar.
Un informe realizado por la Comisión de Planificación Nacional inmediatamente después del seísmo señaló que el terremoto afectó a 2.900 estructuras de valor religioso o cultural, de ellos 750 en 24 distritos del país reducidos a pedazos.
Los siete lugares más importantes en el Valle de Katmandú: la Plaza Durbar; Bhaktapur y Lalitpur; el tempo de Pashupatinath, el complejo Swayambhunath, la estupa Boudhanath y el templo Changu Narayan sufrieron importantísimos daños.
"A falta de un presupuesto adecuado no hemos podido trabajar en el plan", indicó a Efe el director general del DOA, Bhesh Narayan Dahal.
El departamento necesitaba unos 7,2 millones de dólares para el presente año fiscal, pero el gobierno únicamente les dio alrededor de 2,6 millones.
De acuerdo con el informe de la Comisión de Planificación, el terremoto dejó daños por valor de 159 millones de dólares en sitios de patrimonio tangible y hacen falta unos 194 millones de dólares para su reconstrucción.
Dahal dijo que el Gobierno le ha prometido respaldo presupuestario desde este año fiscal, por lo que esta semana espera comenzar el trabajo en Sankhu, una localidad patrimonio situada en el valle de Katmandú.
Los problemas en estos meses han sido muchos, uno fundamental el retraso en el nombramiento de una Autoridad Nacional de Reconstrucción (NRA), organismo específicamente previsto para manejar la recuperación tras el seísmo y que fue objeto de las luchas políticas en el país hasta que en diciembre se nombró un responsable al frente.
"El retraso en la formación del NRA generó un problema a la hora de liberar fondos presupuestarios. Ahora no habrá recortes de presupuesto", dijo a Efe el secretario en funciones del NRA, Madhu Sudan Adhikari.
Indicó que el NRA ha clasificado en proyectos a corto plazo aquellos que se refieren a daños menores; a medio plazo, los que requieren un año y de largo plazo los que impliquen más de ese tiempo.
En total, espera tener el trabajo de reconstrucción completado en siete años.
Los recursos saldrán del presupuesto del Estado, de la ayuda internacional y de las donaciones locales.
"Los lugares históricos retratan nuestro legado e historia, por tanto se le debe dar la importancia necesaria para reconstruirlos con la misma forma y apariencia", indicó a Efe el experto cultural Tejeshwor Babu Jwanga.