La líder de Birmania (Myanmar) Aung San Suu Kyi se reunió hoy con un centenar de inmigrantes birmanos en Tailandia para conocer los problemas que afronta la comunidad, en el primero de tres días de visita oficial al país vecino.
Entre fuertes medidas de seguridad, miles de personas esperaban la llegada de "Madre Suu", como los ciudadanos de su país apodan de manera cariñosa a la premio Nobel de la Paz, hasta la localidad portuaria de Mahachai, al suroeste de Bangkok, donde más de 100.000 birmanos están empleados por la industria pesquera tailandesa.
"Es nuestra madre, nuestra estrella y la única persona que puede liderar el cambio en nuestro país", dijo a Efe Min Kyaw Thu Ya, un birmano que lleva dos décadas trabajando en territorio tailandés y a quien le gustaría algún día "regresar a su país".
Más de 1,4 millones de birmanos trabajan en Tailandia, según cifras oficiales que asociaciones de emigrantes elevan hasta los tres millones, más de la mitad en situación irregular.
La líder birmana, quien ostenta el cargo de Consejera de Estado, el Ministerio de Exteriores y la Secretaría de la Presidencia de su país, charló algo menos de una hora con un grupo de emigrantes de su país para escuchar la situación de desamparo y vulnerabilidad a la que están expuestos.
Zoco Min, trabajador en una fábrica de espejos, se quejó de las difíciles condiciones de vida y largas jornadas laborales a cambio de un salario inferior al que reciben los trabajadores tailandeses.
Otra de las reclamaciones de los inmigrantes son las trabas con las que se encuentran a la hora de regularizar sus situación y tramitar el permiso de trabajo.
"Los empresarios tienen que elegir entre un largo, costoso y complicado proceso del que, en su mayoría de veces, se encargan terceras personas o emplear a trabajadores de manera ilegal", explicó Min Oo, coordinadora de la Fundación para Trabajadores Inmigrantes Birmanos.
Suu Kyi, quien pasó más de 15 años bajo arresto domiciliario por orden de la junta militar que gobernó Birmania hasta 2011, se reunirá este viernes con el primer ministro tailandés, el general golpista Prayuh Chan-ocha.
Está previsto que ambos mandatarios firmen un memorando de entendimiento para mejorar las condiciones de los inmigrantes y traten asuntos de cooperación bilateral y refugiados.
"Suu Kyi logrará imponer el estado de derecho en un sistema que se encuentra fuera de control y mal regulado, que obvia los derechos de los trabajadores", confió el activista británico Andy Hall, portavoz de la Red para los Derechos de los Trabajadores Inmigrantes.
En un mensaje publicado en Facebook, Suu Kyi afirmó estar al corriente de los problemas que los inmigrantes afrontan en Tailandia y lamentó no haber podido acercarse a la muchedumbre que aguantó estoica la fuerte lluvia para ver a la Nobel.
Esta es la segunda vez que Suu Kyi visita Mahachai, conocida como la "Birmania en Tailandia" por la cantidad de inmigrantes birmanos que residen allí, después de que lo hiciera en mayo de 2012, un mes después de ser elegida diputada en unas elecciones parciales.
Un cambio de última hora en la agenda oficial no le permitirá repetir su visita a los campos de refugiados situados cerca de la frontera que, según cifras oficiales, albergan a unos 105.000 birmanos.
Suu Kyi dirigió su partido, la Liga Nacional para la Democracia (LND), hacia una aplastante victoria en los comicios generales celebrados en noviembre del 2015 en Birmania, los primeros considerados como democráticos en décadas.
La política, no obstante, no pudo optar a la Presidencia del país por una clausura en la Constitución que veta para el cargo a las personas casadas o con hijos de otra nacionalidad.
En respuesta, Suu Kyi se creó a medida el cargo de Consejera de Estado para asesorar al actual presidente y hombre de su confianza, Htin Kyaw.
Birmania, país que inició en 2011 un proceso encaminado a establecer la democracia tras pasar casi medio siglo regido por una dictadura castrense, es el segundo socio comercial de Tailandia, con un intercambio valorado en 8.100 millones de dólares (7.100 millones de euros).