Señora directora: Se suele decir que cada uno tiene lo que se merece, aunque no siempre este dicho es cierto. También me acuerdo de un famoso refrán turco que dice “los pastores serán crueles mientras las ovejas sean dóciles”. Y viene esto a cuento por lo que ocurre a nivel internacional con respecto a la economía; y a nivel nacional con la crisis galopante que nos invade, aumentando el paro, las desigualdades sociales y el drama en miles de familias. Como ya denuncié en otra ocasión, la crisis no afecta ni a políticos con sueldos escandalosos y de vergüenza, sindicalistas de nuevo cuño pragmáticos y contentos con el poder y el sistema, banqueros y empresarios poderosos de inmobiliarias, familia real en pleno, toreros, futbolistas, jueces, directores de grandes medios de comunicación, etc. y los que en definitiva manejan todo el entramado del corrupto sistema capitalista que nos ha tocado vivir.
Por muchísimo menos, y en otros momentos, se hubiesen decretado huelgas generales; pero el que de verdad debiera luchar y movilizarse, que es el trabajador y ciudadano explotado y engañado, no lo hace (independiente de los sindicatos). Ese trabajador al cual el euribor - o euroestafa- le suben las hipotecas constantemente, ese ciudadano trabajador estafado por todos, y al cual adormecen con cantos de sirena ‘democráticos’ y consumistas, con mucho fútbol, programas basura, debates en televisión con señores y señoras sin problemas económicos, y que hablan en nombre de todo un pueblo. Ese trabajador mil veces engañado es el que tiene que decir basta, y concienciarse y luchar exactamente igual que contra la dictadura franquista, esa dictadura contra la que lucharon muchos que hoy en día se encuentran bien situados en sus poltronas y con sueldos millonarios. Políticos y sindicalistas que se vendieron y permiten la corrupción y las grandes desigualdades sociales. El franquismo era un gobierno dictador, pero era un solo gobierno y ahora, en una España que no es rica, existen 17 gobiernos con infinidad de cargos, prebendas, sueldos por las nubes y corrupción a destajo. Por lo tanto, y está clarísimo, que el que tiene que luchar, defenderse, protestar, concienciarse y, sobre todo, organizarse, es el sufrido, engañado y manipulado ciudadano trabajador -independientemente de los sindicatos actuales- pues son correa de transmisión de multinacionales y empresarios, y a los hechos y circunstancias actuales me remito y repito el sabio refrán turco: “Los pastores serán crueles mientras las ovejas sean dóciles”.