Un tribunal de Tianjin, en el norte de China, sentenció hoy a cuatro años y seis meses de prisión al abogado especializado en casos de derechos humanos Wang Quanzhang por "subversión" contra el Estado, una acusación frecuentemente usada por el Gobierno contra activistas y disidentes.
Wang fue detenido en agosto de 2015 durante la campaña del régimen comunista contra bufetes especializados en casos de derechos humanos, que se saldó con el arresto de unos 250 abogados y activistas.
Además de su condena a prisión por "subversión" -un cargo que comporta una pena máxima de cadena perpetua- el Tribunal Popular Intermedio de Tianjin privó al abogado chino de sus derechos políticos durante cinco años, detalló el tribunal en su página web.
"Wang Quanzhang es inocente", afirmó su esposa, Li Wenzu, en un comunicado tras conocer la decisión judicial, y señaló que los únicos culpables en este caso son la Fiscalía, el tribunal y la Oficina de Seguridad Pública.
Li denunció que el "salvaje" e "inhumano" trato que ha recibido su marido desde que fue detenido, especialmente "las brutales torturas".
"Voy a seguir protegiendo sus derechos, cuidaré a mi hijo y esperaré a que mi marido regrese a casa", añadió Li, cuyo último acto de protesta para defender la inocencia de su marido fue raparse al cero el pelo.
También la hermana de Wang, volvió a defender que su hermano "no ha cometido ningún delito", al tiempo que criticó que las autoridades chinas no hayan respetado el Estado de Derecho, en declaraciones a la Radio y Televisión Pública de Hong Kong (RTHK, siglas en inglés) .
Para la ONG Aministía Internacional (AI), "el veredicto de hoy es una grave injusticia".
"Es indignante que Wang Quanzhang esté siendo castigado por defender pacíficamente los derechos humanos en China. Debe ser liberado de forma inmediata e incondicional", aseveró la investigadora de AI Doriane Lau en un comunicado tras conocer la sentencia.
Desde su detención en 2015, su familia de Wang solo tuvo noticias de su paradero en julio del pasado año, después de que un abogado de confianza les indicara que estaba vivo y bajo custodia en la ciudad de Tianjin, "donde probablemente fue torturado", advirtió Lau.
“La familia de Wang, que continúa siendo acosada por las autoridades, ni siquiera sabía si estaba vivo hasta hace poco. Su encarcelamiento continuado solo prolonga su sufrimiento", añadió.
El pasado 26 de diciembre, agentes de paisano impidieron a familiares y simpatizantes de Wang el acceso al juzgado de turno, así como a su mujer, que se quedó sin poder acudir a Tianjin para la vista inicial del juicio a su marido.
La entrada también estuvo vetada para diplomáticos y periodistas occidentales.
Dos días después, Li se topó de nuevo con las fuerzas de seguridad del país asiático al intentar acudir la sede del Tribunal Popular Supremo, en Pekín, para entregar una demanda contra la corte competente de Tianjin por "una grave violación de las normas judiciales" en el trato a Wang.
Durante años, el abogado -que se encuentra en un delicado estado de salud- ha defendido en diversos casos a colectivos perseguidos por las autoridades chinas, desde miembros del grupo espiritual Falun Gong (prohibido en China desde 1999) hasta disidentes y activistas.
Varias organizaciones internacionales defensoras de los derechos humanos y colegios de abogados han solicitado la liberación de Wang al Gobierno de China en repetidas ocasiones, sin ningún resultado tangible.