En el registro de los domicilios de los detenidos y del despacho del barcelonés se incautaron 20 discos duros, un ordenador y una memoria que, en total, sumaban 10 terabytes de información que está siendo analizada por expertos informáticos del Cuerpo.
El origen de las investigaciones tuvo lugar en septiembre de 2008, cuando un madrileño denunció que se había descargado accidentalmente de internet material de carácter pederasta.