Tengo la sensación que el señor Rodríguez Zapatero aún no se cree que estamos en crisis, de sus palabras se deduce que esta no es nuestra, es de Europa, o es de los Estados Unidos y eso no es así. Los problemas de la economía española no se deben exclusivamente a la crisis del sistema financiero internacional, sino que incluso son anteriores al colapso de los mercados, la quiebra del grupo inmobiliario. La crisis del sistema inmobiliario español tiene que ver poco con las subprime, pues el declive del sector de la construcción tiene sus orígenes en el desmesurado crecimiento durante años del denominado negocio del ladrillo, término que sintetiza la fiebre especulativa que marcó una época sin control y bajo la premisa del dinero fácil. La construcción, convertida en motor del crecimiento, fue víctima de su propia avaricia y la intensidad de su caída es ahora proporcional a sus excesos.
En España hay una crisis endógena, de características particulares, que se complica aún más con el temporal financiero para configurar un escenario complejo y de gravísimos efectos en el empleo. Señor Rodríguez Zapatero, esta crisis made in Spain no se resuelve con recetas globales, pues estamos ante un problema nacional. Ha estado en Washington y eso está bien, pero ahora toca aplicar las medidas concretas, puesto que las globales no sirven. señor Zapatero, la crisis no es europea, es nuestra.