Los sanitarios españoles que combaten la pandemia en el Reino Unido digieren incrédulos la "indignante" propuesta del Gobierno de elevar un 1% los salarios del sector tras un año "traumático". Para ellos, es la gota que colma meses de desgaste mental y físico a cuenta de la covid-19.
El titular británico de Economía, Rishi Sunak, presentaba esta semana el Presupuesto general del Estado y anunciaba una congelación salarial para la mayoría de empleados del sector público, con la excepción de los trabajadores del NHS -sistema público sanitario-, cuyos salarios revisaría al alza en un 1 %.
El pobre aumento -que a juicio de los sindicatos es una bajada encubierta, pues no alcanza siquiera la inflación- se suma a la fuerte carga emocional que arrastran desde marzo de 2020 enfermeras, médicos y auxiliares a consecuencia del virus. Sienten, una vez más, que sus desvelos no se ven "reconocidos".
En el caso de los numerosos sanitarios españoles que ejercen su profesión en hospitales británicos, esta ausencia de incentivos económicos, perpetuada en el tiempo, les mueve a replantearse su futuro.
SECTOR INDIGNADO
Con nueve años de experiencia en el sector, la española Virginia Baena, exenfermera y, desde 2018, matrona en este país, afirma en declaraciones a Efe que la propuesta del Ejecutivo de Boris Johnson le parece "poner un parche en la boca de los trabajadores".
"Ni soluciona nada ni hace que la gente esté más contenta. Y más teniendo en cuenta que los ministros se subieron el sueldo (...) Es para callarnos un poco la boca", opina.
A sus casi 31 años, Baena, natural de Jaén, admite que ha barajado volver a España: "Entre el Brexit, la pandemia y las condiciones laborales... al principio sí compensaba (estar aquí), pero llega un punto en que te planteas si merece la pena quedarse".
Betty Enríquez lleva 18 años ejerciendo como enfermera en el Hospital de Homerton, en el este de Londres. En ese centro médico, la presión ejercida por la crisis del coronavirus ha hecho que sus servicios hayan sido requeridos en la Unidad de Cuidados Intensivos, donde ha visto sufrir y morir a muchos pacientes por la covid-19.
Durante los últimos meses, esta logroñesa de 42 años, que estudió enfermería en el Reino Unido, tira tan solo de dos adjetivos, "estresante y traumática", para describir cómo ha sido su experiencia batallando en primera fila durante estos meses de horror.
"Los pacientes están enfermísimos, necesitan muchos cuidados y de ellos, un 50 % salen vivos y un 50 % no", explica.
La sanitaria habla de un "ambiente de desmotivación" generalizado en el sector y lamenta que no se haya "cuidado" a los enfermeros.
Por si fuera poco, la propuesta de Sunak les ha caído como un mazazo: "Es como un tortazo en la cara; como si te tiran un jarro de agua fría en la cabeza. Insultante", afirma.
Coincide con Baena en que quizá por eso, sumado a otros elementos acaecidos en los últimos años, algunos españoles afincados aquí analizan ahora otras opciones vitales, como, tal vez, un regreso a su país.
"Estamos todos muy quemados. No es solo el sueldo, hay como más de 10.000 vacantes de enfermería (...) Trabajamos como mulas. No podemos más", asegura esta riojana al límite de sus fuerzas, "física y psicológicamente agotada".
EL GOBIERNO NO CONVENCE
La secretaria de Estado de Sanidad, Nadine Dorries, aseguró a la BBC que el Ejecutivo "aprecia realmente" la labor de este personal, pero que la subida propuesta es "desafortunadamente" todo lo que se pueden permitir.
Son argumentos que no convencen a los sindicatos del gremio, ni tampoco a la oposición laborista, que exige compensaciones al NHS por su maratoniana labor salvando vidas.
La responsable sanitaria del grupo sindical Unison, Sara Gorton, sostiene que los trabajadores del sector pensaron que el Ejecutivo les mostraría "respeto y gratitud" y, en lugar de ello, "han recibido una oferta desdeñosa y una palmadita en la espalda".
El Colegio de Enfermería calcula que el aumento sugerido equivaldría a 3,5 libras (4 euros) adicionales de media por semana para un enfermero veterano, cuando el alcance del incremento debería llegar en su opinión al 12,5 %, una manera de compensar la falta de revisiones en los últimos años.
Alerta de que si el Ejecutivo no se pone las pilas, además, podría toparse con un éxodo de sanitarios e intensificarse, por tanto, la falta de personal que ya sufre el sistema sanitario nacional.