La Pasión

Pasión recupera las caídas del palio de la Virgen de la Merced

La hermandad de Pasión presentó este miércoles la restauración de las caídas delantera y trasera del palio de la Virgen de la Merced. Esta intervención se enmarca dentro del programa de trabajos de recuperación patrimonial que está llevando a cabo la corporación. El proceso contempla la restauración al completo del palio de la dolorosa, que […]

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La hermandad de Pasión presentó este miércoles la restauración de las caídas delantera y trasera del palio de la Virgen de la Merced. Esta intervención se enmarca dentro del programa de trabajos de recuperación patrimonial que está llevando a cabo la corporación. El proceso contempla la restauración al completo del palio de la dolorosa, que se estrenó hace casi un siglo y no ha sido intervenido hasta ahora.

La restauración del techo de palio ya se llevó a cabo. Fue presentada en la Cuaresma de 2019. Ahora ha sido el turno de las caídas del palio, estrenadas en 1929 con bordados del taller de Carmen Capmany en terciopelo azul bajo diseño de Antonio Amián.

Los trabajos de recuperación y pasado del bordado han estado a cargo de Jesús Rosado, el encargado de ejecutar los nuevos flecos ha sido Sergio Guzmán y la cordonería de Concha Rodríguez ha realizado los nuevos cordones.

Según ha explicado Rosado, “hemos trabajado sobre una plantilla fotográfica tras un estudio digitalizado de las mismas para que la colocación de los bordados sea completamente exacta”. El bordador ha señalado que “las piezas han sido desmontadas siguiendo un mapa previo, donde se marcaba con jaboncillo por dónde ir efectuando el despiece ya que el diseño es muy continuo y el bordado en su mayoría estaba realizado sobre el propio terciopelo, y las piezas unidad entre sí sin espacio para realizar el corte”.

Esta singularidad del bordado ha provocado que el montaje “haya sido muy complejo pues necesitábamos conservar los perfiles originales de torzales y lentejuelas”. Tras el desmontaje las piezas fueron limpiadas bajo proceso manual y gracias a la calidad de la hilatura metálica se ha conseguido “un resultado muy satisfactorio porque nos ha permitido devolver una tonalidad cromática muy cercana a su origen a pesar del paso del tiempo”, ha señalado Rosado. “No siempre se consigue este nivel de limpieza ya que no todos los bordados tienen esta calidad de hilatura  y del baño de oro de las mismas”, ha abundado.

Posteriormente se procedió al pasado de los bordados a su nuevo soporte, un terciopelo de fabricación alemana que ha sido donado por Mauricio Abad, de Almacenes Velasco, sobre los que se ha llevado a cabo la fijación de los bordados de una manera minuciosa y extremadamente pulcra para conservar los finos perfiles y la finísimas terminaciones en puntas, tan característica de las cardinas y del diseño del Amián.

Este trabajo realizado por el taller de Jesús Rosado tiene un resultado totalmente conservacionista a salvedad del tejido original que ha sido insalvable por falta del vello en su composición de terciopelo por decoloración, por gran profusión de hongos en el mismo y desgarros.

Por su parte, el taller de Sergio Guzmán ha sido el encargado de realizar el nuevo fleco de “bellotas” que lucen las caídas, de reproducción idéntica al original de1929. El fleco está compuesto por chorros o colgantes cada uno de los cuales está formado por ocho bolas y una lágrima en madera de haya y de tamaño mínimo.

Según ha explicado Guzmán, “todas estas piezas han sido forradas con hilos de oro entrefino mediante la tradicional técnica del ‘raseado’, mientras que la lágrima, a su vez, está adornada de forma artesanal con una pequeña malla de hilo de torzal de oro que la dota de esa forma tan característica de ‘bellota’”.

Se han realizado un total de 12.816 bolas y 1.602 lágrimas “bellotas” elaboradas en un período aproximado de 30 meses. Los materiales empleados en la elaboración han sido piezas de madera de haya torneadas, hilos de oro entrefino, canutillo rizado de calibre fino en oro entrefino que han sido de fabricación exclusiva para este fleco y lentejuelas de oro entrefino.

Sergio Guzmán también ha sido el encargado de realizar los “chorros” para todas las borlas de la cordonería del palio, cuya ejecución ha correspondido a Cordonería Rodríguez. Se trata de cordones de torcido tipo calabrote de 7 milímetros de grosor, rematados en ambas puntas por dos borlas de madera raseadas con hilo de camaraña y adornadas con mingos, piedras y piezas bordadas con lentejuelas y canutillo inglés.

Según Concha Rodríguez, responsable de la cordonería, “el fleco de las borlas va a juego con el de las caídas del paso de palio y todo el conjunto está realizado en calidad oro entrefino realizado de manera manual”.

La hermandad pondrá a disposición de hermanos y devotos la posibilidad de adquirir los antiguos flecos del paso de palio, “de un grandísimo valor sentimental porque han procesionado casi un siglo, desde el estreno de la obra en 1929”.

Los flecos podrán conseguirse en las dependencias de la hermandad por un donativo de 10 euros para la restauración integral del palio. Para ello se han dispuesto de manera cuidadosa en unos estuches de metacrilato con la inscripción “Merced 1929-2021”.

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