Gobierno y Junta mantienen el mismo criterio desde principios del curso escolar con respecto a la
ventilación de las aulas para minimizar el riesgo de contagio del coronavirus. Ambas administraciones consideran que no es necesario recomendar la adquisición generalizada de sistema de filtración y purificación de aire para dotar a todos los centros educativos.
En una reciente respuesta parlamentaria, el Ministerio de Sanidad recuerda que, “si un espacio interior no dispone de sistema de climatización,
se debe priorizar en primer lugar la ventilación por medios naturales”. Incluso en edificios con ventilación mecánica es recomendable realizar una ventilación regular con ventanas. Y aclara que “solo cuando el espacio interior no disponga de sistemas de ventilación natural o mecánica y su ubicación o características constructivas no permitan otra opción, se puede optar por sistemas de filtrado del aire portátiles o purificadores de aire con filtros HEPA”. No obstante, advierte de que
la eficacia de “estos sistemas de filtración es limitada si no se cumplen con todos los requisitos técnicos”.
El protocolo de la Consejería de Educación recomienda concretamente “aumentar la frecuencia de renovación de aire natural de las aulas,
intentando no crear corrientes fuertes de aire y, en caso de ventilación mecánica, hay que aumentar la frecuencia de la renovación de aire externo, no usando la función de recirculación”. Asimismo, el documento indica que los espacios deben ser
ventilados al menos cinco minutos antes de su uso y, cuando no se puedan mantener ventanas abiertas, se establecerá una
pauta de ventilación periódica.
Para organizaciones sindicales como Feuso no es suficiente y
reclaman monitores de CO2 visibles por el profesorado de manera permanente para que, en caso de que se alcancen niveles máximos, favorecedores para el contagio, se actúe de inmediato, ventilando y garantizando la calidad del aire. La entidad ha desarrollado incluso una herramienta digital para tal efecto en el marco del denominado Plan Ventilados.
El centro público Maestro Juan Carlos Aragón, en Cádiz, también ha tirado de inventiva y han instalado
planchas de policarbonato en las ventanas para mantenerlas abiertas
sin que el alumnado pase frío o se moje si llueve.