Visitamos la Cooperativa Nuestra Señora del Rocío, de La Algaida, desde donde se distribuyen 14 millones de kilos de la afamada patata de la colonia
La patata de Sanlúcar tiene una bien ganada fama. En la colonia de La Algaida se destinan mil hectáreas a este cultivo. Se trata de un terreno arenoso y salino, por su proximidad al mar, que aporta al tubérculo un crecimiento rápido y una textura y sabor especiales.
Cada año, esta cooperativa, formada por pequeña explotaciones familiares, distribuye 14 millones de kilos de tubérculo, fundamentalmente al mercado español, y particularmente a Andalucía, las dos Castillas y Madrid. La variedad reina es la espunta.
Su sello distintivo es “La arena fina de Sanlúcar”, porque según asegura su presidente, Juanma Jiménez, una empresa del norte ha intentado registrar el nombre de “patata de Sanlúcar”. Jiménez lamenta “el daño que nos hace la patata francesa lavada, que permanece durante meses en cámaras, y entra muy barata (10 céntimos el kilo frente a los 50 de la espunta). Pero el cliente debe saber qué come y que la patata fresca de Sanlúcar no tiene competencia”.