El comité de empresa de Dhul confía en que prospere el recurso de reposición presentado contra el auto del Juzgado de lo Mercantil 1 de Granada que autorizaba la venta de la fábrica y establecía las condiciones de la operación, una situación que de suceder podría "dejar sin efecto" la oferta formal presentada por la multinacional francesa Andros para hacerse con la factoría de postres.
Fuentes del comité de empresa han señalado a Europa Press que también está pendiente de resolverse el recurso presentado contra este mismo auto por la administración concursal y advierten de que mientras esto no suceda, "no se va a hacer" la adjudicación formal de Dhul a Andros, ya que si el juez cambia algunas condiciones de venta habría que repetir el proceso.
Tanto los trabajadores como la administración concursal han recurrido contra la exigencia del juez de que la empresa adquiriente de Dhul deba asumir las deudas que fueron contraídas con la Seguridad Social y la Agencia Tributaria antes de que la empresa entrara en concurso de acreedores.
Aunque Andros ha presentado su oferta económica, de 2,05 millones de euros, al margen de este condicionante, los trabajadores están convencidos de que la entidad compensará con despidos o el cierre de departamentos el montante a asumir, que asciende a once millones de euros sólo en lo relativo a la Seguridad Social.
De hecho, las mismas fuentes aseguran que fue este extremo lo que propició que Phi Industrial optara por no formalizar su solicitud de adquisición de la empresa.
El comité también detecta un posible "defecto de forma" en las condiciones de venta, ya que en la operación se han incluido las marcas de Dhul y sus derivadas cuando este asunto está pendiente de resolverse en el Juzgado, después de que fueran bloqueadas y de que la propia administración concursal haya iniciado un "litigio" para recuperarlas.
"No se puede vender lo que no se tiene", han advertido desde la plantilla, que en estos momentos se encuentra "muy dividida" respecto a la posibilidad de que Andros sea el nuevo dueño de la empresa.
El principal temor de los trabajadores es que la multinacional traslade parte de la producción a otros puntos del país o incluso fuera de las fronteras nacionales, con las repercusiones que esto supondría para el empleo.
