Los vecinos de Loja han comenzado a negociar con las autoridades para conseguir el ansiado “salvoconducto” que permita desplazarse de un pueblo a otro
Y ahora ¿dónde vamos a comprar?. Esta es la pregunta que desde esta madrugada se hacen los más de 300 vecinos de la pedanía lojeña de La Fábrica tras conocer el cierre perimetral de su municipio, tras las medidas aprobadas por la Junta de Andalucía para atajar el coronavirus.
Hasta dentro de 10 días, en un principio, no podrán hacer sus compras en la vecina localidad de Huétor Tájar situada a tan solo 2,5 kilómetros. En cambio, si quieren llenar la nevera tendrán que recorrer 5 veces más esa distancia y conducir hasta Loja, municipio al que pertenece este pequeño pueblo de la Vega del Poniente Granadino.
Ante esta situación, los vecinos han comenzado a negociar con las autoridades para conseguir el ansiado “salvoconducto” que permita desplazarse de un pueblo a otro, ya que, entre otras, los habitantes de La Fábrica tampoco podrán ir al banco, acudir a actividades extraescolares o asistir a catequesis en la iglesia.
Incluso el servicio postal se presta desde Huétor por lo que mandar un envío también supone cruzar la “frontera” hasta la oficina de dicha localidad.
Si bien el cierre perimetral del término municipal lojeño les da libertad para moverse por Loja y sus anejos, la situación de alerta sanitaria no aconseja alargar mucho las salidas y realizar la compra o cualquier otro tipo de recado en un municipio tan cercano es lo más lógico, según señalan los vecinos.
Las familias del pueblo junto a su alcalde pedáneo ya han manifestado al Ayuntamiento de Huétor Tájar lo que consideran una "sinrazón" de esta medida.
“Estamos en contacto con Policía Local y Guardia Civil de ambas localidades para intentar que los fabriqueños puedan desplazarse puntualmente para hacer sus gestiones en Huétor”, ha manifestado Alejandro Martín, alcalde pedáneo de La Fábrica quien confía en que “no tendrán problema en desplazarse fuera del municipio para cubrir estos servicios básicos”.
Además, pide responsabilidad a sus vecinos y que no se demoren en los viajes si se consigue establecer una conexión segura con el pueblo de al lado. “Esta zona rural ha demostrado ser un lugar tranquilo y saludable. Durante la primera ola del coronavirus, actuamos con prudencia y cautela y ahora espero que sea igual”
Aún siendo La Fábrica una pedanía de Loja lo cierto es que está muy unida con Huétor Tájar, un pueblo que siempre ha considerado a estos lojeños como unos de los suyos. Tanto es así que muchos ya se han empadronado en el pueblo de al lado. “Es donde hacemos prácticamente todo: compras, servicios, gestiones” comenta Inma otra vecina que acude diariamente a Huétor. “Es raro el día que no tengo que ir un par de veces”.
En La Fábrica hay un pequeño comercio, pero con muy pocos productos. “Para una urgencia y algo muy puntual, pero no encuentras variedad ni productos frescos como fruta o pescado” comenta Mari Luz de La Fábrica. Esta joven tiene dos hijos pequeños y, a diario, acude con ellos a multitud de actividades. Desde hoy se piensa mucho lo de coger el coche y cambiar de municipio en unos minutos.
Los dos bares del pueblo temen que el cierre perimetral termine de hundir sus negocios.
” Aunque vengan a partir de ahora menos clientes, nosotros tenemos que seguir comprando cada día bebidas y suministros para nuestros establecimientos y no es lo mismo comprar a 5 minutos que a 20” protestan.
La solución que esperan estos vecinos es conseguir un “salvoconducto” que les permita realizar todas sus gestiones en Huétor Tájar. Una medida que sin duda les hará un poco más llevadero este nuevo estado de alarma.