El
Ayuntamiento de Ronda presentó este miércoles públicamente los
detalles del proyecto del Camino del Desfiladero del Tajo, una iniciativa que busca
crear un recorrido único por la garganta natural más conocida de la ciudad, apostando por la sostenibilidad ambiental.
El acto de presentación, que tuvo lugar en el Convento de Santo Domingo, contó con la
participación del redactor del mismo, Luis Machuca Santa-Cruz, quién también fue
uno de los artífices del Caminito del Rey.
Durante su exposición pública, resaltó los
detalles de esta futura infraestructura, que busca
dar al visitante la posibilidad de recorrer toda la garganta del Tajo de forma atractiva, segura y generando el menor impacto ambiental posible en el entorno.
Además, esta cita estuvo presidida por la
alcaldesa de Ronda, María de la Paz Fernández, y el cronista oficial de la ciudad, Faustino Peralta.
La primera resaltó “los
avances que este equipo de Gobierno ya ha realizado por la creación de un sendero único en el mundo que ofrecerá un atractivo más a nuestra ya de por sí amplia oferta de entornos monumentales y ambientales”.
Junto a esta sesión pública,
desde el Ayuntamiento se ha editado un libro que recoge los detalles del proyecto, así como aspectos históricos, naturales y antropológicos.
En esta parte, ha sido fundamental la labor de Peralta, quien destacó durante su exposición detalles de interés como la existencia de un sendero primigenio que era usado por trabajadores para la construcción del Puente Nuevo, en el siglo XVIII.
El desarrollo del sendero
En la práctica, el desarrollo del sendero, cuya
primera fase se ha licitado ya por una cuantía de 300.000 euros, será la siguiente. Inicialmente se ejecutará la actuación correspondiente para la adaptación del tramo existente por el camino de la ladera Occidental del Tajo, que comienza en la conocida como Casa de Manolillo, donde se ubicará el control de entrada, al que se accede por la cuesta del Campillo. A partir de aquí transcurre por la ladera izquierda del Tajo (en sentido del curso del río Guadalevín), un sendero que fue construido para el acopio de materiales y acceso de los trabajadores para la construcción del Puente Nuevo, en el siglo XVIII.
Este
camino colgante, que irá adosado a la roca, presentará una
panorámica espectacular de la Hoya del Tajo y del Puente Nuevo; así como de las pozas y chorreras del Guadalevín y de su cauce.
El segundo tramo, que arranca una vez se atraviesa el Puente por la balaustrada, se denominará
‘Paso de la Garganta del Tajo’ y dará acceso a la zona más escarpada, vertical y cerrada de la garganta, para alcanzar las plataformas del azud de los antiguos Molinos Harineros, de la Central Hidroeléctrica y de las Huertas del Tajo.
A partir de aquí se creará una
plataforma voladiza peatonal, anclada a la pared lateral izquierda, y a una altura suficiente para evitar la subida de la lámina de agua del río en caso de avenidas; posteriormente se pasaría por debajo del Puente Viejo hasta concluir por el lateral del Puente de las Curtidurías y conectar, por detrás la ermita de San Miguel, lo que será el futuro control de salida.