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Ronda

La Paloma también tuvo sus costaleros

La Hermandad ha estrenado un nuevo paso para la Virgen

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La Pollinica realiza desde las 11 de la mañana estación de penitencia en un Domingo de Ramos donde el sol luce radiante y la primavera enseña toda su fuerza. Con el cielo plenamente azul, la hermandad de La Dehesa no sólo saludó a sus vecinos del barrio, sino que volvió a encontrarse con Ronda.

A las 11.00, puntualmente se abrieron las puertas de San Antonio. La Hermandad detuvo de nuevo este año al Señor dentro de la Iglesia; en el segundo año del paso de costaleros, la música de la Agrupación 'Cristo de la Buena Muerte', de Paterna de Rivera (Cádiz) guió los primeros pasos de Nuestro Padre Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén. Las órdenes fueron las del capataz general de la Hermandad, Miguel Cabello.

Antes, habían desfilado por las calles, entre los 260 nazarenos de la Hermandad, el nuevo libro de reglas y el cojín que se estrenaron el pasado año.

Se vieron palmas y ramas de olivo. Y muchos niños, de la extraordinaria guardería de la Hermandad, con las tradicionales pañoletas hebreas y con los hábitos de color blanco y azul o amarillo.

Tras el Señor, salió la Virgen. Y María Santísima de la Paloma, la Virgen blanca de Ronda, no evitó provocar alguna lágrima emocionada a quienes esperaban verla este Domingo de Ramos en La Dehesa. Porque hoy era especial. La Virgen lucía distinta, radiante, en su nuevo paso, que pudo estar listo para esta Semana Santa. Es un homenaje a la talla rondeña; de hecho, se han respetado algunas de las tallas originales, que conforman zonas del canasto y, especialmente, de los respiraderos. La novedad radica en unas tallas en plata, unos pequeños ángeles, que se han acoplado a la madera, de color noble.

Los trabajos han corrido a cargo de los carpinteros del Ayuntamiento y de la herrería Gazaba, que dejaron listas las parihuelas. De la talla de la madera se ha encargado el tallista Cristóbal Guillén; de la orfebrería, el conocido taller de Cristóbal Martos. En el frontal, remata una crestería, también de Cristóbal Martos, que deberá colocarse alrededor de todo el canasto. Se estrenaron además un tren de candelería delantero, así como seis jarrones y dos candelabros que se colocaron en la zona trasera; también una media luna que quedó apostada a los pies de la Virgen, así como dos viejos jarrones que han sido encontrados por la Hermandad y también quedaron a sus pies.

Donaciones, rifas y colectas han permitido la obra. Sorprendieron los faldones; color marfil, que cosió Amparo Molina; de los bordados se ha encargado la empresa rondeña M&R.

El paso, diseñado por el hermano Alejandro Mora, ha sido portado por hasta 35 costaleros, a los que guió además la banda Arunda.

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