Rota

El CD Rota conquista el Manuel Bernal a la épica y tiñe el derbi de verde (0-1)

Álex Bernal se convirtió en el héroe inesperado del encuentro marcando el gol de la victoria verderona en un partido que estaba abocado a un insípido empate

Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
  • Los aficionados del CD Rota saltaron al campo para celebrar el triunfo -

El derbi de Rota volvió siete años después. Mucha expectación se había creado en torno a este importante acontecimiento deportivo de la localidad, que se volcó con sus dos equipos. Aficionados de la UD Roteña y del CD Rota se entremezclaron en las gradas de un Manuel Bernal donde la fiesta se desató desde el principio, antes incluso del pitido inicial. Banderas, cánticos y tambores resonaron en un ambiente espectacular donde no hubo ni siquiera un atisbo de violencia que se pudo prever desde los cuerpos de seguridad. Tuvieron un día lento en la oficina ante el comportamiento ejemplar de las dos aficiones que respondieron en todos los sentidos. También en la recogida de alimentos que se habilitó en una mesa colocada en la entrada al recinto, destinada a los afectados por el paso de la DANA en Valencia.

La afición fue, sin duda, lo más destacable de un derbi bastante gris, hasta que Álex Bernal le dio algo de color, concretamente un tono verderón, con un gol encomendado a la épica en el descuento. La locura, entonces, invadió el sector desde donde presenciaba el encuentro la multitudinaria afición del Rota. Todos saltaron al campo para lanzarse sobre el héroe del partido. El hombre de moda en el fútbol roteño. El líder de una generación que ilusiona y que ha hecho de la cantera un valor fundamental del club verderón. Álex marcó al rematar un centro servido por Sambruno desde la banda derecha.

Metió la puntera de la bota entre el bosque de piernas de defensores que, hasta ese momento, habían realizado un esfuerzo descomunal por mantener la portería a cero hasta el final. La solidez defensiva es, después de todo, la principal fortaleza de un equipo rojillo que, en su estadio, estaba siendo impecable esta temporada. Por eso, desde el lado del campo donde presenciaban el encuentro los aficionados rojillos, se expandió una sensación de frustración por perder en el último minuto ante su eterno rival, pero, sobre todo, porque dejando los sentimientos personales de cada uno a un lado, reconocían que su equipo no había hecho méritos para sacar más que un pobre empate a cero, que era el resultado al que realmente estaba abocado un partido realmente insulso.  Aunque no solo por parte de la Roteña, también en el caso del Rota, que fue prácticamente un espejo de su rival. Solo que la victoria, quizás, le pudo hacer restar importancia a la ineficacia de un juego apático en ataque, totalmente deslucido; porque las defensas tanto de unos como de otros, eso sí, mostraron un nivel sobresaliente.

Ni Álex Valero por parte de la Roteña, ni Álex Bernal en el lado del Rota pese al gol marcado. Nadie fue capaz de ofrecer un poco de espectacularidad en un partido donde los estudios minuciosos y los análisis al detalle se notaron sobre el campo. Ambos equipos se conocían bien. Venían con el trabajo hecho de casa. Aplacaron las principales fortalezas de su rival y se centraron en hacerse fuerte atrás. Mostraron respeto, cierto miedo quizás, lo que derivó en un partido exento de riesgos y, por tanto, de motivos para dar rienda suelta a la emoción. Aun así, la afición vibró con cada saque de esquina, cada acción a balón parado y cada remate desviado. Es lo que tiene una espera de siete años, podemos pensar.

El más cercano, un remate que cazó Sergio Chino desde la frontal que se terminó marchando cerca del palo derecho de la portería defendida por Alvarado ya en la segunda mitad. Antes del descanso, lo más claro fue un lanzamiento de José Rodríguez que se estrelló en la base del palo, aunque la acción había quedado invalidada por fuera de juego. Además de eso, poco trabajo tuvieron los porteros. Tampoco el árbitro que, pese a terminar mostrando hasta seis tarjetas- tres por cada equipo-, no tuvo que mediar demasiado ante la actitud de deportividad y respeto que mostraron tanto la UD Roteña como el CD Rota sobre el terreno de juego. Antes del partido, durante y después. Las horas posteriores al encuentro dieron lugar a buenos momentos de convivencia con ambas aficiones compartiendo impresiones de un partido que, aunque repartió suertes dispares entre ambos equipos, fue muy celebrado por todos.

El Rota se llevó los tres puntos pero, en el Manuel Bernal, ganó el fútbol y el aficionado de corazón que añora esos días en los que las gradas permanecían llenas cada fin de semana. Este derbi rememoró esos tiempos de esplendor para el fútbol roteño que no se veían desde hace muchos años atrás. En el partido de vuelta que se disputará en el Antonio Pazos ‘Monago’, se volverá a presentar una nueva oportunidad para disfrutar de esta fiesta, y la UD Roteña, de redimirse ante su eterno rival que celebra ahora el asalto al liderato tras la conquista del Manuel Bernal.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN