Entre salves y sevillanas. Al son de los piteros y las palmas. En una perfecta conjunción de fervor y alegría popular, coincidiendo con la festividad de la Asunción, la Blanca Paloma volvió a procesionar de manera extraordinaria por tercer año consecutivo por las calles de Rota. Una localidad que la esperaba desbordada por la ilusión y que la acompañó con sus cánticos durante las casi cuatro horas de su intenso recorrido.
Pasadas las ocho y media de la tarde, la Virgen del Rocío cruzaba la puerta de la Parroquia de la Nuestra Señora del Carmen para iniciar su salida procesional. Sus cargadores y fieles la esperaban con alegría mientras el coro de la Hermandad del Rocío la recibía entregado entonando las primeras sevillanas de la noche.
Acto seguido, una Blanca Paloma esplendorosa,vestida de reina para la ocasión con sus estrenos de manto, saya y rostrillo, arrancaba a andar por la calle Calvario. La precedían una cohorte de niños, representantes de las hermandades roteñas del Amor, Santo Entierro y San Isidro Labrador y las chipioneras Regla del Pinar y del Rocío, un incansable grupo de piteros, así como la alcaldesa de la localidad, María Eva Corrales, la portavoz municipal María de los Ángeles Sánchez, el Subteniente de la Guardia Civil, Ramón Harana, y en nuevo Almirante de la Base, Santiago Ramón González Gómez.
Tras ellos, la Virgen del Rocío seguida de una incansable agrupación de mujeres que no cesaban de entonar canciones y vivas dedicados a las Reinas de las Marismas.
En torno a las nueve de la noche, la alegre comitiva comenzó a bajar la calle Calvario para tomar Veracruz y adentrarse así en el centro histórico acompañada de numerosos fieles que se iban uniendo al peregrinar de la Blanca Paloma en un intenso recorrido donde se sucedieron los cánticos y las muestras de fervor popular. Tras casi cuatro horas de procesión, la Virgen del Rocío regresó a su templo tras este intenso encuentro con roteños y veraneantes que consolida, aún más si cabe, esta cita veraniega de la Reina de las Marismas con Rota.