El paso del tiempo y la falta de un proyecto está haciendo mella a pasos agigantados en el antiguo edificio que acogió la Casa de la Cruz Roja, en el número 2 de la calle Real. Esta privilegiada finca, con una superficie de suelo de 773 metros cuadrados, fue expropiada e incorporada al patrimonio municipal por el alcalde José Loaiza a finales de 2014, tras un largo procedimiento administrativo.
Bajo el mandato del PP en el Ayuntamiento, se inició igualmente la tramitación de las obras urgentes de consolidación, rehabilitación e impermeabilización del edificio –cuyo proyecto se encuentra en poder del actual gobierno municipal- para la conversión de este edificio en la sede del Archivo Municipal, Biblioteca Lobo, Archivo Epistolar de la Familia Lazaga y sede de las actas y archivos del Congreso AHILA. En definitiva, el ejecutivo comandado por el Popular José Loaiza, “tenía claro que ese edificio había que rescatarlo de la ruina, rehabilitarlo y darle un uso público”, comentaba el concejal del PP, Ángel Martínez.
Actualmente, la finca continúa degradándose y ofrece una imagen realmente "lamentable". “Nadie sabe qué es lo que va a hacer el gobierno de Patricia Cavada para frenar el deterioro de la finca y qué uso persigue para la misma. En sus casi dos años al frente del Ayuntamiento, no ha movido ni un dedo para evitar que siga deteriorándose. Ni siquiera ha tirado del proyecto existente para consolidar el edificio, y ya puede observarse desde el exterior como ha desaparecido casi la totalidad del forjado, lo que acelera su ruina”, afirmó Martínez.
El edificio de la calle Real, 2 se encuentra catalogado en el Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Casco Histórico (Peprich) con nivel de protección 2. Ante los síntomas aparentes de abandono y falta de conservación de la finca, desprendimientos de la fachada incluidos, se inició un proceso de expropiación motivado, precisamente, por la falta de mantenimiento de la finca y el riesgo que entrañaba su deficiente conservación. A dar cabida al Archivo y otros fondos documentales se pensaba destinar precisamente la antigua sede de la Cruz Roja. Con el cambio de gobierno tras las municipales 2015, se dio marcha atrás en estos planes. Ahora ni se sabe nada, ni se hace nada al respecto. “Con los 600.000 euros que Cavada lleva gastados en su nuevo despacho podría haberse frenado el deterioro de este edificio y haber iniciado su rehabilitación”, concluyó.