El Mangafest Summer Edition, conocido por todos como el Mangafest de verano o Mangafest de junio, se ha consolidado como otro de los eventos veraniegos de la ciudad. Dejando de lado toda la apuesta cultural de este evento, ofrece una gran sensación de libertad para todo aquel que disfrute de la cultura asiática.
Ni si quiera importa que te guste demasiado el manga o el anime o que lo conozcas. Da gusto ver a gente joven expresándose y siendo totalmente libres, sin miedo a opiniones o a estigmas sociales. Es una auténtica fiesta de la tolerancia y del disfrute libre, aunque enfocado mucho a la cultura japonesa.
Este salón se ha convertido en un lugar de encuentro para aficionados al manga, el anime, el coleccionismo, el Gaming, el cosplay o la cultura japonesa como tal. Además, es un gran escaparate para pequeños y grandes comercios, artistas, autores o empresas de distintos sectores.
El carácter divulgativo de este evento hace que sea accesible para muchos públicos. No se convierte en un congreso super especializado de
otakus o
frikis, es un plan alternativo para dos fines de semanas al año, un pequeño viaje a Asia en el Palacio de Congresos.
Sin querer restarle importancia a lo espectacular de las instalaciones, la gran cantidad de puestos, de opciones de ocio y de actividades, lo más positivo sin duda es la gente. El ambiente es sano, divertido y muy abierto.
Entre las propuestas más llamativas que se han dado a conocer en este Mangafest está la de
Roning, la primera red social que conecta a gamers a través su curriculum gamer a tiempo real. Se trata básicamente de una de esas necesidades que tenías como videojugador y que no sabías que tenías hasta que supiste de su existencia. Ya no hay problema por no poder compartir partida de ese videojuego tan raro que sólo a ti te gusta, en roning puedes encontrar amigos con los que compartir experiencias sobre cualquier juego.
Me he marchado de este evento sin haber aprendido ninguna palabra en japonés y sin haberme reconciliado con el sushi, pero he aprendido que al final todos somos frikis de algo. Quizás todo se trate de ser friki de pasarlo bien.
Un acercamiento a los artistas
Una de las mejores partes de este evento es sin duda el callejón de los artistas. En el segundo pabellón de Fibes se agrupan cerca de dos decenas de puestos con artistas que venden sus ilustraciones a unos precios muy asequibles para todos los bolsillos. Entre ellos está María, @mariajlart en redes sociales, que va a este evento por “la visibilidad” y que acaba consiguiendo “encargos o alumnos para clases particulares”.
En un puesto de unos dos metros cuadrados encuentras ilustraciones de videojuegos o de revistas por siete euros, un precio muy por debajo de cómo se encuentra el mercado. A pesar del crecimiento de este evento y de lo rentable que es para ilustradores o dibujantes, María defiende que “debería haber más artistas. Creo que incluso en la ciudad podría haber un congreso sólo de artistas”.
Me llevé una ilustración de Kratos y Atreus, los protagonistas de God of War, y una charla muy agradable sobre técnicas de pintura, entintado o tipos de papel. Apenas he retenido algo de toda la información que me brindó, pero disfruté de un rato agradable.