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Sevilla

La CES hace la oposición

Rus ha pedido que se haga política con mayúscula en beneficio de la ciudad, a la que perjudica las decisiones de Zoido

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Miguel Rus, el nuevo presidente de la CES, ha expresado, con valentía, lo que muchos empresarios cuentan del actual Gobierno municipal. El efecto Zoido se ha desinflado y hay un grave descontento empresarial con el primer edil y presidente de los populares de Andalucía. El empresariado local sevillano ha sido generalmente timorato con sus críticas a los gobiernos de la derecha. Es más, el anterior presidente, Antonio Galadí, dimitió reconociendo públicamente que los resultados de las elecciones autonómicas donde volvió a no conseguir gobernar el PP le hacían abandonar. Fue muy claro en su posicionamiento político Galadí y a nadie le sorprendió, ya que en privado nunca ocultó sus críticas al gobierno socialista, tanto autonómico como local.

Rus ha hablado y ha ganado en credibilidad el sector empresarial sevillano. El presidente de la organización ha estado arropado por su junta directiva y ha sido contundente. No sólo les ha defraudado Zoido sino que también entiende que la Junta de Andalucía tiene una importante responsabilidad en asuntos que afectan a Sevilla y sus empresas, más allá de la siempre socorrida demanda de que se pague a los proveedores.

En definitiva, Miguel Rus ha pedido que se haga política con mayúscula en beneficio de la ciudad y ha dejado muy claro que las decisiones que toma el gobierno de Zoido están perjudicando a Sevilla, lo mismo que la confrontación entre municipio y gobierno autonómico. Para ello ha enumerado varios casos concretos y ha puesto de manifiesto como se está orillando el Consejo Económico y Social para quitarle peso específico e intentar que responda con servilismo al gobierno municipal.

Problemas reales
Los planteamientos del presidente de la CES han sido muy similares al de otras muchas organizaciones sindicales y sociales que llevan tiempo reclamándole al pp municipal más sensibilidad con los problemas reales de los ciudadanos y menos cargar la culpa a la herencia recibida.

Rus ha hecho en su primera gran comparecencia una crítica contundente y ha dejado en un segundo plano a Espadas, Torrijos y al resto de críticos con el Ayuntamiento. Ha sido una llamada de atención seria y rigurosa, sin ambigüedades, llamando a las cosas por su nombre y señalando desde su independencia a los responsables de muchos de los problemas. Y esto ocurre al alcalde de Sevilla cuando aún no ha llegado ni a la mitad de su mandato.

El efecto Zoido se viene demostrando como una burbuja vacía que se desinfla conforme los ciudadanos y las organizaciones que forman la vida social se dan cuenta, con sólo rascar un poco, que hay poca capacidad para gestionar correctamente la ciudad. Rus se ha convertido de la noche a la mañana en el líder de la oposición. Un empresario además que tiene empresa, joven y que no se le puede acusar -como seguramente harán los más extremos- de vivir de la teta de las subvenciones. Esa socorrida crítica de la derecha hacia la izquierda social se le cae ahora con la irrupción de Miguel Rus en labores de ariete de la oposición preocupado de verdad por los problemas reales que afectan a la economía ciudadana y por tanto a la vida de los habitantes de esta tierra.

Este toque público de atención, con toda la luz y taquígrafos del mundo lo debe encajar Zoido con alturas de miras y corregir sus graves errores de gestión. Si se encierra en su corte de leales, totalmente despegados de la realidad, la realidad le puede acabar llevando de nuevo a la oposición al Partido Popular en las próximas elecciones. Y eso sin contar que la actual oposición socialista está actuando a medio gas, con un grupo de once concejales donde más de la mitad no suelen estar en la primera batalla de la opinión pública. Esto sólo es un espacio reservado para el portavoz Espadas y para sus fieles escuderos Antonio Muñoz, Susana Lopez y Mercedes de Pablos.

El gobierno local hace aguas en sus expectativas creadas como si fuera un Titanic. Y en el grupo de la oposición socialista hay concejales que fueron buenos gestores de gobierno con Monteseirín que deberían asumir más protagonismo público en el marcaje a la gestión del gobierno de Zoido.

De momento, el golpe en la mesa de Miguel Rus lo ha situado frente a un Zoido con el paso cambiado y que nunca habría imaginado que desde la CES, a la que másde una vez en corrillos la ubicaban cercana ideológicamente, le iban a plantar cara de esta forma. Pero Rus ha demostrado un amplio sentido de responsabilidad situando el debate por encima de las personas e ideologías y pensando en el interés general de Sevilla.

Los empresarios sólo han salvado en la gestión los asuntos de materia turística. Y eso que la campaña de los Reyes Magos era para devolverla. Pero es cierto que en Turismo se están dando pasos positivos, rematando muchas cosas ya iniciadas y contando con los empresarios del sector, como siempre se hizo, para la toma de decisiones.

En el resto de cosas el Ayuntamiento está más preocupado en criticar la herencia que en gestionar el futuro.

En las palabras de Rus hay sin embargo un halo de sospecha de favoritismo y de falta de respeto por parte del gobierno local. El patrón ha recalcado que no entiende porque Zoido no tiene interlocución con la CES y si con peticiones particulares. Todo un toque de atención entre líneas.

Quizás Rus al decir estas palabras no debió recordar que el Gobierno central pretende ilegalizar a la asociación de consumidores Facua por ser críticos con sus medidas. Que tenga cuidado porque es posible que ahora lo pongan en el punto de mira y empiecen con una campaña de desprestigio hacia su persona, su organización y su empresa privada. Son técnicas muy al uso por parte de algunos dirigentes de la comunicación política municipal. Les aseguro que se de lo que escribo. Pero la verdad solo tiene un camino por mucha foto amable que estén ofreciendo todo el día desde los órganos de propaganda de Zoido.

Y llega la feria
Y en estas estábamos cuando mañana se anuncia un pleno municipal ordinario donde se va a debatir una modificación de las ordenanzas de Feria. En el afán recaudatorio se va a permitir publicidad a menos de un kilometro del recinto. Con lo cual en breve tendremos sponsorizado hasta el botón del alumbrado y su correspondiente cablecito. Todo vale para conseguir dinero. Pero la verdad es que no debería valer todo. Incluso se va a evitar la limitación de carruajes puesta en marcha en el anterior gobierno por razones de seguridad y movilidad dentro del Real. Una barbaridad que solo es fruto del afán de cambiar por cambiar.

Interés particular por encima del general. Y por cambiar hasta adelantan un mes el plazo de solicitud de casetas. A cuantos cogerá desprevenida la medida y se quedarán sin caseta lo sabremos muy pronto. Seguro que ya hay quien tiene sospechas con esta singular medida que no se sostiene. Yo al menos la tengo. A ver si me equivoco. Qué verdad es que cada uno cuenta la Feria como le va.

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