El sindicato CCOO ha asegurado que ya se han marchado para los astilleros de La Naval de Sestao dos de los tres barcos que aún estaban en las instalaciones de astilleros de Sevilla para su terminación, de forma que, según el sindicato, "se pierden más de 500 empleos que se hubieran generado durante un año".
Fuentes sindicales han indicado a Europa Press han explicado que la marcha se produjo después de la festividad de Reyes y han precisado que las piezas de uno de los barcos, que estaba desmontado, fueron cargadas en una barcaza, mientras que al otro barco, ya terminado, que estaba en dique seco, se le tapó el fondo del casco y lo botaron al Guadalquivir, siendo ayudado por un remolcador.
Las fuentes han asegurado que con esta marcha, "se pierden más de 500 empleos que se hubieran generado durante un año y medio para los dos barcos".
Asimismo, advierten de que está pendiente de que también se marche el tercer y último barco, un Viking, que, según las fuentes, irían a los astilleros de Vulcano, en Galicia, y cuya marcha "supondría perder 800 empleos". En ese sentido, piden que "se puedan realizar el máximo de tareas en la factoría de Sevilla, contratando a los trabajadores despedidos con contratos extinguidos".
CCOO lamenta la "inutilidad" de las administraciones públicas andaluzas, al hacer "total dejación y dejar morir la actividad naval de Sevilla".
Por ello, han pedido a Junta de Andalucía, Gobierno central, Ayuntamiento de Sevilla y Autoridad Portuaria de Sevilla que "no se desmantelen las instalaciones de los astilleros de Sevilla, ni se vendan como chatarra, sino que se mantenga y retome la actividad y el uso industrial de esta factoría". "No queremos que se vendan esas instalaciones y se destruya la factoría y se mantenga la actividad industrial aunque no sea naval", han agregado las fuentes.
Las fuentes han recordado que el 30 de enero de 2013 "es la fecha para liquidar los astilleros, y ya de momento se están llevando los barcos y la carga de trabajo".
Los últimos 58 trabajadores de astilleros de Sevilla terminaron el 31 de diciembre de 2011 sus contratos, en cumplimiento del expediente de regulación de empleo (ERE) de carácter extintivo, aprobado y autorizado por el Juzgado de lo Mercantil, lo que supuso el cierre de las instalaciones tras casi 60 años de historia de la factoría naval.
Desde entonces los trabajadores y sindicados han estado reclamando que esos barcos en construcción, propiedad de una entidad financiera, fueran terminados en la factoría de Sevilla, pedían que se reactivara la fabricación y terminación de esos barcos y se generara carga de trabajo en Sevilla, además de pedir el mantenimiento del uso industrial de las instalaciones navales.