Antonio C.V., uno de los dos hombres acusados de matar de una puñalada a un hombre con una minusvalía del 72 por ciento durante una discusión mantenida en un piso de la calle Golondrina de la barriada sevillana de Los Pajaritos el 27 de agosto de 2011, ha alegado este lunes que la muerte se produjo de manera accidental después de que la víctima cayera al suelo y se clavara su propia navaja.
La Audiencia Provincial de Sevilla ha acogido este lunes la primera jornada del juicio con jurado popular contra Antonio C.V. y Carlos C.M., para quienes la Fiscalía pide 15 y 13 años de cárcel, respectivamente, a cuenta de un delito de homicidio. Además, pide que indemnicen con 10.800 euros a cada uno de los padres y a un hijo de la víctima, y con 32.700 euros a una hija de éste.
En su declaración, el acusado, apodado 'El Máquina' por la Policía, ha relatado que a las 8,40 horas del día 27 de agosto acudió a la vivienda del otro imputado "para fumar droga" y, una vez allí, vio que éste se encontraba en compañía del fallecido, al que "conocía de haber visto dos o tres veces".
La víctima "me pidió droga y yo se la di", ha indicado el acusado, quien ha añadido que el fallecido "no quería pagar la droga", lo que motivó una discusión con el otro imputado en el transcurso de la cual "sacó una navaja", por lo que, "ante la coacción, le di tres porrazos y lo reduje", consiguiendo quitarle la navaja, que entregó al otro imputado.
"ESTABA LLENITO DE SANGRE"
Seguidamente, el finado "cogió un botellín y luego unas tijeras", por lo que el segundo de los acusados "lo echó de la casa y le devolvió la navaja", momento que, según su versión, aprovechó "para quitarme las gafas y darme una puñalada en el brazo", refriega en el curso de la cual la víctima "cayó al suelo y se clavó" dicha arma blanca.
El acusado, que ha pedido disculpas a la familia del muerto, ha asegurado que, en ese momento y como le había quitado las gafas, "sólo veía sangre" y no pudo percibir la gravedad de la herida sufrida por el fallecido, no obstante lo cual le dijo al otro imputado "que llamara a una ambulancia", tras lo que salió de la vivienda hasta encontrarse con una vecina "que le limpió" las heridas sufridas y le dio un pantalón limpio. "Yo estaba llenito de sangre", ha manifestado.
El imputado, a quien el juez ha tenido que llamar la atención en varias ocasiones por su comportamiento y manifestaciones, lo que ha motivado que incluso le advierta de su expulsión de la sala, ha añadido que en ese momento llegó la Policía, a la que ha negado que dijera "le hemos dado bien".
DROGADICCIÓN
Por todos estos motivos, el letrado del imputado solicita su libre absolución al entender que "no está acreditado que fuera él quien clavara la navaja al fallecido" durante el "forcejeo", aseverando que fue el fallecido "quien se la clavó", aunque subsidiariamente y en el caso de que se le considere culpable, ha pedido que se tenga en cuenta que su cliente actuó bajo la influencia de la droga consumida.
El abogado del otro acusado ha pedido también la absolución de su patrocinado al estar "convencido" de que "no participó en la agresión y muerte", ya que bajó a comprar una cerveza "y cuando subió se encontró a la víctima y al otro acusado, que le dijo" que el fallecido "le había hecho un feo por no compartir la droga".
En ese momento, comenzó una discusión en la que su cliente "intentó mediar", pero "al ver el charco de sangre se asustó y salió corriendo", punto en el que ha defendido que "no tiró la navaja en el contenedor, sino que la guardó allí para dársela a la Policía". "Lleva 20 meses privado de libertad sin tener participación en la muerte, que no pudo evitar", ha concluido.
LOS HECHOS, SEGÚN EL FISCAL
Según relata el Ministerio Público en su escrito de acusación, al que ha tenido acceso Europa Press, los hechos tuvieron lugar sobre las 12,00 horas, cuando los acusados, Antonio C.V. y Carlos C.M., se encontraban en el domicilio de éste último en compañía de la víctima, C.A.G..
Por motivos que se desconocen, se inició una discusión entre la víctima y los imputados en el transcurso de la cual éstos, "con el ánimo de causarle la muerte" y armados con una navaja de 14 centímetros de hoja y con un cúter, comenzaron a propinarle golpes.
En un momento dado, Antonio C.V. --que fue condenado en 2001 a siete años y medio por otro homicidio-- le asestó un navajazo a la víctima en el muslo izquierdo, provocándole la muerte por shock hipovolémico. Una vez que se produjo la puñalada, el otro acusado, "siendo plenamente consciente de la existencia y gravedad de la agresión", recogió la navaja y abandonó la vivienda para tirar el arma en un contenedor.
LA ACUSACIÓN PARTICULAR PIDE 20 AÑOS POR ASESINATO
Tras ello, volvió al piso "sin prestar la más mínima ayuda" al fallecido y sin solicitar asistencia médica, asistencia "con la que la víctima --de 57 años de edad-- hubiera tenido posibilidad de salvar su vida". El fallecido sufría una minusvalía del 72 por ciento por afaxia motora y epilepsia controlada con tratamiento, que le impedían realizar cualquier tipo de trabajo.
Por estos hechos, la acusación particular que ejerce la familia de la víctima pide para cada acusado 20 años de cárcel por el delito de asesinato, en el que entiende que concurre la agravante de alevosía, añadiendo que los imputados "no le prestaron ninguna ayuda y le dejaron morir para ocultar su fechoría".