El juez que investiga la muerte de dos bebés recién nacidos que aparecieron en sendos congeladores de Pilas (Sevilla) ha iniciado el proceso para embargar fincas por valor de 560.000 euros a la madre, que cumple prisión preventiva acusada de presuntos asesinatos.
Fuentes judiciales han informado a Efe de que el juez ha iniciado el proceso de embargo para asegurar las futuras responsabilidades civiles de la madre encarcelada, Sara L.H., respecto a su marido y otros dos hijos.
La mujer posee una finca en Pilas propiedad suya y otras compartidas con sus cuatro hermanos, por lo que en este caso se embargará la parte proporcional, han indicado las citadas fuentes.
La madre, Sara L.H., de 34 años, está encarcelada como presunta autora del asesinato de sus dos bebés, que fueron encontrados muertos por su marido en sendos congeladores de su vivienda los pasados días 9 y 27 de noviembre de 2012.
El juez de Sanlúcar la Mayor (Sevilla) está a la espera del informe definitivo de la autopsia de los dos recién nacidos, que según los primeros informes fallecieron por asfixia a poco tiempo de nacer y el primero por inmersión en agua, para continuar el proceso contra la acusada, a la que en principio se imputaron presuntos delitos de asesinato.
Por otra parte, el juez ha rechazado una petición del abogado del padre -personado como acusación- para tomar declaración a supuestos testigos de las presiones que el entorno familiar de la madre está ejerciendo sobre otros dos hijos del matrimonio, de 11 y 14 años, para que no vivan con su progenitor.
El juez concedió al padre, Francisco Antonio H.L., la tutela de sus hijos y un informe de los servicios sociales constató que ejerce de manera adecuada sus funciones paternas y que no existe una situación de riesgo para los menores, pese a que consideran lógico que los niños prefieran vivir con su tía materna dados los vínculos anteriores que mantenían con ella.
La custodia de un quinto hijo, una niña que nació el 30 de noviembre, cuando la madre ya estaba encarcelada, también fue entregada al padre.
Sara L.H. aseguró al juez no recordar el segundo parto y, respecto al primero, aseguró que el niño nació muerto porque "no respiraba, no lloraba ni se movía" y lo congeló porque "le parecía mal tirarlo a un contenedor" y "le costaba desprenderse de él y no quería olvidarlo".
