Sevilla

El Alamillo estrena nuevos accesos fluviales

Los nuevos accesos fluviales al Parque del Alamillo, instalados en la margen derecha del canal del Guadalquivir para el atraque de embarcaciones no motorizadas (a vela o a remo), se encuentran ya en pleno funcionamiento

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  • Accesos fluviales del Alamillo -

Los nuevos accesos fluviales al Parque del Alamillo, instalados en la margen derecha del canal del Guadalquivir para el atraque de embarcaciones no motorizadas (a vela o a remo), se encuentran ya en pleno funcionamiento. Esta actuación de la Consejería de Fomento y Vivienda para facilitar la entrada en este pulmón verde de Sevilla y su área metropolitana ha contado con una inversión de 365.000 euros, y se suma a las mejoras que se están realizando en el recinto coincidiendo con el vigésimo aniversario de su apertura al público, que se viene celebrando desde el pasado 12 de octubre de 2013, cuyo coste total asciende a 700.000 euros.

   En una nota, la Junta de Andalucía ha informado de que La interrelación del parque con la lámina de agua se ha articulado en torno a dos puntos concretos. En primer lugar, junto al puente del Alamillo, se ha creado una instalación ligera de rampas flotantes con apoyo en el aparcamiento del parque para embarcaciones de vela ligera, piraguas, káyaks, entre otros. Esta obra, adjudicada por la Agencia Pública de Puertos de Andalucía, ha sido ejecutada por la UTE Martín Casillas SLU y Mantenimiento de Obras Portuarias SL, que con un presupuesto de 187.000 euros, ha instalado la plataforma para la botadura y puesta en seco de embarcaciones menores mediante dos rampas flotantes, ocupando 25 metros del frente de ribera.

   En segundo lugar, se ha habilitado también un punto de interrelación entre el parque y el río al Norte, coincidente con la pasarela peatonal. Se trata de un pantalán de dos módulos de 24 metros cada uno, de forma que cualquier usuario del río pueda llegar con su embarcación, atracarla, acceder al parque y volver. Esta actuación, por importe de 178.000 euros, la ha ejecutado la empresa Astilleros Amilibia Untziolak SL. En ambas actuaciones se ha compatibilizado la realización de la obra y el uso de la infraestructura con la conservación del paisaje natural de este frente fluvial, compuesto por vegetación maciza de ribera.

   Por su parte, la Consejería que dirige Elena Cortés ha culminado también las obras de ampliación y acondicionamiento para el tránsito y el uso público de las 40 hectáreas de naranjales que circundan el Parque del Alamillo, entre la SE-30 y el Parque Tecnológico de la Cartuja, a través de la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (AVRA). Con esta intervención, el recinto ofrece ahora a la población de Sevilla y su aglomeración urbana una superficie de 120 hectáreas, una extensión natural que se equipara en cuanto a dimensiones a otras áreas de recreo y esparcimiento de grandes ciudades, como el Retiro de Madrid.

   La actuación ejecutada por AVRA ha consistido en la limpieza del terreno y extensión de zahorra sobre los caminos existentes, con el fin de hacerlos aptos para el tránsito peatonal, así como la adecuación de parte de los naranjales para destinarlos a huertos urbanos. La UTE formada por Ielco e Indeex ha sido la encargada de ejecutar este proyecto, acondicionando el llamado naranjal de la Cartuja para el uso hortícola, y el naranjal de la Dársena con los caminos que a partir de ahora lo hacen transitable. La actuación ha supuesto una inversión que ronda los 330.000 euros.

   Ambos terrenos, que suman unas 40 hectáreas, se caracterizan por una alta calidad paisajística y ofrecen al visitante la posibilidad de disfrutar de unas magníficas perspectivas del río Guadalquivir. La zona alberga, además, restos de antiguas infraestructuras agrarias datadas entre los siglos XVIII y XIX, entre las que destacan hallazgos de dos antiguas norias de agua, un acueducto, varios tramos de acequias, una alberca, pozos y un edificio agrícola. Ese patrimonio puede ser observado por los visitantes del Alamillo en su paseo por estos terrenos, que figuran en la cartografía antigua como zona de cultivo en los extramuros de la ciudad.
 

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