Sevilla

La familia del ecijano muerto de un ladrillazo pide el atestado para su demanda

Promueven una "demanda de diligencias preliminares" al objeto de obtener el atestado policial redactado sobre los hechos y elaborar así una demanda de indemnización contra los progenitores del menor

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La familia del hombre de 65 años fallecido en octubre después de que cayese sobre su cráneo un ladrillo lanzado por un niño de once años desde la cuarta planta de un bloque de viviendas de Écija (Sevilla), promueve una "demanda de diligencias preliminares" al objeto de obtener el atestado policial redactado sobre los hechos y elaborar así una demanda de indemnización contra los progenitores del menor, la comunidad de propietarios del bloque o el Ayuntamiento astigitano.

   El abogado ecijano Fernando Osuna, que representa los intereses de la familia del difunto, ha explicado a Europa Press que después de que la Fiscalía de Menores archivase el caso a cuenta de la corta edad del menor, once años, los familiares de la víctima estudian promover una demanda de indemnización contra los progenitores del niño, la comunidad de propietarios del bloque o el propio Ayuntamiento de Écija.

   Sin embargo, la familia no ha logrado obtener el atestado policial relativo a los hechos ni del Cuerpo Nacional de Policía, ni de la Fiscalía de Menores, por lo que ha formalizado una "demanda de diligencias preliminares" ante el juzgado instructor de Écija que se hizo cargo del caso y después lo remitió a la Fiscalía de Menores. Mediante este instrumento, la familia reclama acceso al citado atestado policial, al objeto de elaborar su demanda de indemnización.

MUERTE EN PLENA CALLE

   Los hechos acontecieron en la calle Ronda de los Molinos de la ciudad astigitana, donde un hombre de 65 años de edad se deslomó tras recibir en el cráneo el impacto de un ladrillo. Mientras el herido era trasladado al hospital de Écija y después era evacuado en helicóptero a la UCI del hospital Virgen del Rocío, en Sevilla, las autoridades atribuyeron inicialmente el suceso al desprendimiento de una cornisa.

   No obstante, una inspección de la azotea del bloque de viviendas frente al cual caminaba este hombre puso de manifiesto que, en dicha azotea, había restos de ladrillos presuntamente manipulados por la mano humana. A partir de ahí, varios vecinos habrían testificado que en últimamente un grupo de niños tenía por "práctica habitual" subir hasta la azotea del edificio y desde allí lanzar objetos a la calle.

   Poco después, un menor de once años de edad era identificado como presunto autor del lanzamiento del ladrillo, toda vez que este vecino falleció poco después a cuenta de las lesiones recibidas.

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