Alejandra Fierro, creadora de Gladys Palmera, atendió a Viva Sevilla tras recibir el premio Ondas a la mejor plataforma digital de radio.
Recibir un galardón de esta envergadura es, sin lugar a dudas, un honor. ¿Así lo entienden en Gladys Palmera?
–Conseguir un Ondas como Mejor Plataforma de Radio en Internet ha supuesto un impulso incalculable a este proyecto por varios motivos: el primero porque consolida la apuesta arriesgadísima que decidimos hacer, hace ya más de cinco años, de abandonar la frecuencia y defender un modelo de radio digital y en segundo lugar, porque crea una expectación inmensa ya que nos sitúa no sólo como pioneros sino también como una radio abierta a un público internacional que encuentra en Radio Gladys Palmera un abanico maravilloso de sonidos que no suelen abundar en emisoras comerciales. Este premio nos brinda la oportunidad de pasar de ser una radio de culto para melómanos y profesionales a un concepto global de radio a la carta, plural y cosmopolita para oyentes de todas partes del mundo que no buscan el último éxito pegadizo.
¿Qué aporta a la emisora el melómano sureño llamado Julio Moreno?
–Julio Moreno se embarcó en el proyecto desde los inicios, es un lobo de mar que comparte todo su conocimiento musical con el espíritu desbordante de los marineros. Como dices, es un melómano, pero, a diferencia de los puristas, Julio no tiene límites sonoros, ni complejos, ni cree en las etiquetas musicales. Para él y su programa, Músicas del Agua, es la prueba infalible, la música está por encima de todos los estereotipos impuestos por la industria y el sistema. En más de 15 años de colaboración, no ha dejado de ofrecer grandes descubrimientos musicales semanalmente, lo que da muestra no sólo de su vasto conocimiento sino también de su generosidad. Además, es un hombre atento, educado, carismático y un gran amigo.
¿Cómo cree que evolucionará Gladys Palmera con el frenético avance de las tecnologías?
–La tecnología es un arma afiladísima que puedes utilizar como un instrumento de precisión pero te puede desangrar a la mínima. Me considero una mujer de nuestros tiempos y por eso quiero estar en la vanguardia, no sólo del sonido, también en lo tecnológico. Dicho esto, creo en la tecnología que facilita la experiencia y deshecho la que se antepone a la música. Siempre que planteamos un desarrollo, pensamos primero en qué nos gusta a nosotros como oyentes. Y por eso creo que la fórmula magistral es sencilla: como oyente quiero poder encontrar lo que me gusta, darle al play y que suene la radio sin cortes ni agonías. Esto no cambiará nunca. Si lo hacemos desde un ordenador, un móvil, un reloj es otro cuento pero el oyente digital siempre querrá tener un botón de play y que empiece la música.
Gladys Palmera también realiza actividades filantrópicas. Háblenos del proyecto La Escuelita del Ritmo, en Panamá.
–Mi madre es panameña y en este país empecé toda esta aventura de música en la que se ha convertido mi vida. Con Portobelo me une un proyecto humanitario familiar que empezó mi prima Sandra Eleta, pionera en este pueblecito en labores de filantropía. Quería contribuir, así que me decidí a crear una escuela donde los niños pudieran aprender música, socializar, preservar las tradiciones locales y contribuir en un futuro a la mejora del pueblo. Me siento muy orgullosa de estos chicos, que llevan el ritmo en la sangre y que van a tener un futuro a través de la música. Estoy segura que algún día verán a La Escuelita del Ritmo como una cantera de músicos estupendos.