"La tierra es un ser vivo, que inspira en otoño y expira en primavera". Con esta frase resume el espíritu de su trabajo Alejandro García, un hombre que junto a su hermano Ángel mantienen viva la misma forma de trabajar la tierra de nuestros ancestros, amparada bajo el concepto de "biodinámica".
Su trabajo, prácticamente, tiene su origen en la prehistoria, cuando tanto la agricultura como la ganadería y la pesca se realizaban en un entorno reducido, por las lógicas dificultades de desplazamiento, de modo que todo lo que se conseguía era por recursos propios del lugar donde se vivía.
Hoy día, la "biodinámica" se aplica en lugares como Arahal (Sevilla), donde los dos hermanos gestionan una finca de 145.000 metros cuadrados, donde han conseguido sacar adelante un aceite propio, en un ambiente de trabajo rural que recupera la antigua relación del hombre con la tierra para tener lo suficiente para vivir.
No hay más; se trata de que en la finca se consigue todo lo necesario para que la propia finca sobreviva y sea fructífera, con algunos ejemplos tangibles muy llamativos, como el aceite de oliva virgen extra que se consigue a partir del trabajo de los olivos de la finca, situada en las estribaciones de la carretera de Arahal a Morón de la Frontera.
Fue una idea que comenzaron a aplicar hace dos años, y se trata de que "no se fuerza en ningún momento a la tierra, ni a los animales que viven en ella, porque todo se basa en una agricultura sostenible que va mucho más allá de lo que conocemos como agricultura ecológica", señala García durante la visita a su finca.
El aceite que producen nace de tres variedades de aceitunas: verdial, picual y manzanilla, y sus responsables aseguran que no tiene mayor secreto que "dejar que la tierra trabaje sin prisas, con la idea de sacarle todo el provecho posible, pero sin forzarla, sabiendo que es muy importante que siga su ritmo, como siempre ha sido".
"Todo, en nuestra finca, vive en un círculo cerrado, sin nada del exterior que nos interfiera, con el añadido de que el hombre tiene que interferir lo menos posible en la labor del planeta, y los resultados son visibles", explica.
Por ejemplo, en la finca se preparan plantas medicinales que se usan para dar fuerza a los foliares y controlar las plagas, mediante métodos homeopáticos, con los que se trabaja incluso buscando fases de la luna propicias o determinadas épocas del año o distintas horas del día.
En este ambiente, en el que la tecnología es mínima, conviven pavos, gallinas, ovejas o caballos, y todo está encaminado a lograr un producto final en el que no se note la mano del hombre.
Su primer fruto se llama "Vía Verde", y es un aceite que ya muestra parte de su razón de ser en su misma etiqueta: "Este producto es información en forma de alimento para cuerpo y alma", reza la misma.
Aunque su trabajo es casi pionero, en España existe una Asociación de agricultura Biodinámica desde el 28 de abril de 1981, con origen en Canarias, que busca "promover, guiar y proteger el método agrícola biodinámico, sus prácticas y principios".
Para ello, la asociación apoya las publicaciones y la comunicación, el asesoramiento, conferencias, cursillos, reuniones de los grupos regionales o el suministro de los preparados, mediante una cuota de 61 euros que pagan los socios de esta entidad, que edita la revista 'La Fertilidad de la Tierra'.