La Junta de Gobierno Local ha aprobado ese viernes la delimitación de las distintas áreas de sensibilidad acústica de la ciudad de Sevilla, así como el mapa estratégico de ruidos, dos documentos obligatorios de acuerdo con la Ley que tendrían que haberse aprobado antes del mes de junio de 2012.
Estos dos informes han sido concluidos por parte de la Dirección General de Medio Ambiente y Parques y Jardines, dependiente de la Delegación de Hábitat Urbano, Turismo y Cultura, que dirige Antonio Muñoz, y deberán ahora ser remitidos para su aprobación al próximo Pleno del Ayuntamiento. Con estos expedientes se elabora un diagnóstico de la situación de los grandes focos de emisiones de ruidos, se realiza una zonificación de la ciudad y se plantean recomendaciones para el futuro plan de acción en correspondencia con los estudios. No se abordan en estos expedientes situaciones concretas que dependen de otros procesos distintos como las declaraciones de Zonas Acústicamente Saturadas.
La determinación de las áreas de sensibilidad acústica viene a zonificar la ciudad en grandes áreas en función de los usos predominantes del suelo tanto los actuales como los que estén previstos, diferenciando entre usos residenciales, terciarios, industriales o de usos docentes o sanitarios. Así se establecen índices objetivos de emisiones de ruidos en las distintas franjas horarias.
En paralelo, el Mapa Estratégico del Ruido supone una fotografía del ruido en la ciudad de Sevilla obtenida a través de mediciones y complementada con estudios informáticos en las distintas franjas horarias. De este análisis se concluye que el principal foco de emisión y el que tiene una mayor incidencia sobre la población es el tráfico rodado. Así, se concluye que el 70% de la población que vive cerca de viales está sometido a niveles por encima de los 65 decibelios mientras que el 60% de la población sufre niveles superiores a los 55 decibelios por las noches. De hecho, al menos 22.000 personas sufren niveles por encima de los 75 decibelios en zonas residenciales, por encima de los índices recomendados por la Organización Mundial de la Salud.
El diagnóstico también analiza la contaminación acústica que tiene como origen los focos industriales concluyendo que la incidencia en el caso de Sevilla es mínima con apenas 1.300 personas que viven en áreas en las que se pueden superar los 60 decibelios, de forma que no se puede considerar que haya problemas de ruido ni durante el día ni de noche. Lo mismo ocurre con el tráfico ferroviario que no supone un nivel de ruido ambiental significativo en el municipio.
