Jaime Palop, Consejero Delegado de Emasesa, nos habla de la nueva política de gestión de la Empresa Metropolitana de Aguas así como de sus planes futuros.

¿Qué factores definen la nueva gestión que está realizando Emasesa?

–El prototipo de empresa dedicada a garantizar el suministro de agua potable a la población en cantidad y calidad es un concepto que hay que actualizar. Una empresa moderna, y más si es pública, como es el caso de Emasesa, debe tener un compromiso claro con la sociedad en la que opera y a la que pertenece. En ese sentido, pretendemos desarrollar una gestión mucho más humana, más cercana a la ciudadanía y con el objetivo claro de contribuir a la mejora de su calidad de vida.

¿A qué desafíos se enfrenta Emasesa en los próximos años? ¿Existe solución para ellos?

–En primer lugar, está el envejecimiento de nuestras redes de abastecimiento y saneamiento. Para ello, se hace necesario contar con un presupuesto de inversiones a medio plazo, no sólo pensando en el presente sino en el futuro. La solidaridad intergeneracional es básica si no queremos que nuestros nietos paguen nuestra factura del agua. Y por otro lado está la amenaza real del cambio climático. Tenemos que prepararnos para una nueva realidad que está por venir y que no sabemos en qué términos lo hará. Tenemos que asegurar la garantía de nuestro suministro, por lo que no está de más ir pensando en la búsqueda de fuentes alternativas. Y tenemos que apostar por la sostenibilidad medioambiental. Eso supone trabajar, entre otros aspectos, en la autosuficiencia energética, en la movilidad sostenible y en la consecución de unas ciudades más saludables.

¿Qué inversión se prevé para los próximos años?

–Por primera vez Emasesa ha planificado sus inversiones de manera plurianual, pensando no sólo en el presente sino también en el futuro. Así, vamos a invertir casi doscientos millones en el periodo 2016-2020, una cifra que supone un 60% más de lo invertido en el mismo periodo anterior. Es una inversión que contiene, más allá de la partida para infraestructuras, una componente de compromiso social y medioambiental muy importante.

Emasesa  es pionera en la creación de un Código Ético ¿Por qué surge la necesidad de crearlo y qué misión cumple?

–Somos una empresa pública y nos debemos a nuestros ciudadanos. Nos importa la transparencia, tener paredes de cristal, que el ciudadano sepa exactamente en qué invertimos todos y cada uno de los euros que recaudamos. Dotarnos de un Código Ético y, sobre todo, de un protocolo de actuaciones para desarrollarlo y cumplirlo, es la mejor manera de garantizar esa transparencia y ese buen hacer en el manejo de nuestros recursos económicos.

Para el próximo año se prevé la creación de la figura del Defensor del Usuario ¿Cómo nace y qué funciones va a llevar a cabo?
 

–La figura del Defensor del Usuario se crea para velar por los derechos de nuestros clientes, que son los ciudadanos, y que los defienda en caso de que éstos estimen que se vulneran los mismos. Él se encargará de resolver todas las quejas o reclamaciones que reciba por parte de los usuarios, emitirá informes con recomendaciones y sugerencias a la empresa para su mejor funcionamiento de cara a su relación con los usuarios y elaborará una Memoria Anual de la gestión realizada que le sirva a la empresa para orientar, y corregir si procediera, su forma de actuar en lo que a la garantía de los derechos e intereses del usuario se refiere. En estos momentos nos encontramos redactando el que será el Reglamento por el que se rija el papel del Defensor y lo estamos haciendo con la participación de diferentes entidades como son, entre otras, las representantes de consumidores y usuarios.

La crisis que venimos sufriendo en los últimos años ha provocado que muchas familias no puedan hacer frente a los numerosos gastos que se presentan y la factura del agua es uno de ellos. ¿Cuáles son las medidas adoptadas por Emasesa al respecto?

–Emasesa, como empresa pública que es, debe tener como primer objetivo el compromiso con los ciudadanos. Es cierto que la crisis ha derivado en un escenario de desequilibrios sociales y de grandes dificultades económicas. Por ello, Emasesa ha aprobado un completo programa de ayudas sociales entre cuyas medidas destaca la de no cortar el suministro de agua a aquellos usuarios que no puedan afrontar el pago de la factura. Sólo en 2016, y con un presupuesto superior al millón de euros, se ha podido atender a unas 10.000 solicitudes y beneficiar a más de 3.500 familias. Asimismo, y a través del Aula de Formación, tenemos previsto poner en marcha en 2017 un programa de cursos destinados a desempleados de larga duración con el objetivo de ofrecerles los conocimientos necesarios sobre fontanería, albañilería y electricidad para que puedan desarrollar trabajos técnicos básicos.