Un interno del Hospital Psiquiátrico-Penitenciario de Sevilla ha propinado este miércoles un puñetazo a un funcionario que le había requerido para ser cacheado al existir sospechas de que pudiera estar ocultando alguna sustancia estupefaciente, según han informado a Europa Press fuentes penitenciarias.
Las mismas fuentes consultadas han precisado que los hechos han ocurrido alrededor de las 13,00 horas de este miércoles en el Módulo 3 de dicho centro penitenciario, cuando el interno, identificado como P.R.G., ha golpeado al trabajador con un puñetazo que le ha impactado en el pómulo.
El interno había sido requerido por el funcionario para ser cacheado al existir sospechas de estar ocultando droga, ya que mostraba una conducta sospechosa y se encontraba "notablemente alterado", vertiendo reiteradas amenazas.
Como consecuencia de la agresión, el trabajador ha tenido que ser atendido por los servicios médicos del centro penitenciario y posteriormente derivado a un hospital para descartar lesiones de consideración más graves en el ojo.
El interno procedía del Hospital Penitenciario de Alicante, donde había protagonizado graves alteraciones regimentales.
Una vez reducido tras el incidente, al interno se le tuvieron que aplicar los medios de sujeción mecánica establecidos reglamentariamente y que son ordenados por los equipos médicos del Psiquiátrico-Penitenciario "por la extrema agresividad manifestada en todo momento".
Fuentes de la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (Acaip) consultadas por Europa Press han criticado este "suma y sigue" en el "alarmante" aumento de la conflictividad laboral en las prisiones españolas.
Por ello, el sindicato ha vuelto a reiterar que los incidentes regimentales "no tienen que ver tanto con la rutina carcelaria y el azar, que es la doctrina de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, como con el deterioro alarmante de los recursos personales y medios materiales".
En relación a la agresión ocurrida este miércoles, Acaip considera que dicho deterioro "se plasma en la falta de medios de protección adecuados, en la supresión de cursos de defensa personal, en el déficit acuciante de psiquiatras y de personal técnico especializado, así como en los recortes presupuestarios para tratamientos indicados para la tipología de trastornos, patologías y enfermedades mentales propias del medio".
