"Había dos cosas que te llamaban especialmente la atención al entrar en la clínica. Una, la gente. El primer golpe que te llevabas era al ver a los pacientes que aguardaban en aquella enorme sala de espera. Se veía que era, en su mayoría, gente de bajo estrato social. Y también había muchos ancianos, personas de mucha edad”.
Así recuerda un miembro del servicio de Inspección de Prestaciones y Servicios Sanitarios (IPSS) de Sevilla el día que se le encomendó acudir a la clínica que iDental tenía en Sevilla, en el barrio de Nervión, para investigar posibles irregularidades.
Su relato a
Viva Sevilla prosigue: “Lo segundo que sorprendía al entrar en la clínica era la cantidad de boxes (pequeñas salas donde se atendía a los pacientes) que había. Como una veintena. Muchísimos. Parecían más cuadras de caballos que otra cosa (...)”.
La clínica de iDental en Nervión cerró por sorpresa hace cuatro meses. Su puerta de acceso exhibe hoy un enorme precinto blanco con las siglas CNP (Cuerpo Nacional de Policía), rastro del último registro efectuado en el local a mediados de septiembre. En la fachada, curiosamente, todavía lucen los enormes carteles de la cadena low cost, incluido el eslogan que servía de cebo: “Corporación hospitalaria social”.
Pese a precinto policial,
Viva Sevilla ha tenido acceso a imágenes del estado actual del interior de la clínica. Las fotografías, tomadas desde el exterior, muestran cómo en algunas de las dependencias todavía hay colocado diverso material médico desechable, como jeringuillas o gasas, que parece ni haberse tocado. Cual imagen apocalíptica, y como si el tiempo no hubiera pasado.
También están todavía colocadas las grandes máquinas y sillones odontológicos, que ya deben haber sido inventariados por la Oficina de Recuperación y Gestión de Activos (ORGA), órgano estatal cuya función es auxiliar a los órganos judiciales y fiscalías en la localización, recuperación, conservación, administración y realización de los efectos, bienes e instrumentos procedentes de actividades delictivas.
Según fuentes consultadas, la mayoría de los activos de iDental (inmuebles, equipos, etc.) no son de su propiedad, pues proceden de alquileres o de operaciones de renting, por las cuales, por cierto, surgirán acreedores también.
En ese sentido, cabe recordar que el de Nervión no fue el único centro que iDental tuvo abierto en Sevilla. Habilitó otro en La Cartuja, aunque éste cerró antes.
Viva Sevilla ha localizado a un exempleado que trabajó allí hasta la primavera de 2017, y que detalla las circunstancias en las que en numerosas ocasiones tuvieron que desempeñar sus funciones.
“Nos cortaron el agua hasta dos veces. A la gente le teníamos que decir que había una avería, pero la realidad era que no se pagaban las facturas. En una ocasión incluso se averió el ascensor de la clínica y nadie dio la orden de repararlo. Hubo pacientes que llegaron en silla de ruedas a los que les tuvimos que decir directamente que no se le atendía”.
Esterilizaciones
Otro exempleado admite a este periódico que los materiales usados no eran de buena calidad, aunque puntualiza que en muchos de los casos en los que los implantes se rompían, “era porque se trataba de piezas provisionales mientras se hacían las definitivas”. Y añade: “Los pacientes pueden estar tranquilos con las esterilizaciones. Han corrido muchos bulos sobre contagios, pero si algo se hacía escrupulosamente era esterilizar”.
El centro de La Cartuja cerró, y el de Nervión quedó como el único en Sevilla. Allí se concentró a todos los pacientes hasta el 29 de mayo, fecha del cierre. Y día desde el que, a tenor de las imágenes, parece haberse detenido allí el tiempo