Vehículos, patinetes y bicicletas eléctricas comienzan a inundar poco a poco nuestras calles con el objetivo de proporcionarnos un aire más limpio y frenar las emisiones de CO2 que están favoreciendo el cambio climático. Pero ¿qué pasa con las motos? Apenas se escucha hablar de las motocicletas eléctricas, a pesar de que los nuevos modelos avanzan con ‘kilovatio’ firme.
Lo cierto es que lejos de dormirse en los laureles, el sector está trabajando con ahínco para apabullarnos con una oferta de motos eléctricas que, sin duda, animará a muchos a dar el paso hacia esta movilidad más sostenible.
De hecho, los expertos aseguran que a corto plazo este nicho tiene más probabilidades de explotar comercialmente antes que el de los coches eléctricos, dadas sus características. No podemos olvidar que muchos recurren a este vehículo para sus desplazamientos dentro de la ciudad y, además, resultan mucho más asequibles que un vehículo eléctrico.
Pero es cierto que a quienes estén acostumbrados a términos como cilindrada, les costará hacerse con el nuevo y desconocido diccionario de términos que traen consigo las motos eléctricas con conceptos como amperios, kilovatios, ciclos de vida, cargadores y frenadas regenerativas.
Todo un nuevo mundo de vocablos que aunque puede abrumar al primer golpe de vista, no tardará en resultarnos familiar. De hecho, estamos abocados a hacernos a este nuevo escenario ya que, dentro de unos cuantos años, habrán quedado superadas las cilindradas o diámetro por carrera y potencia. Incluso nuestras pólizas comienzan a cambiar para adaptarse a estos nuevos motores que exigen otro tipo de coberturas, pero indudablemente
los seguros de motos convencionales siguen ahí para atender el enorme trajín de ventas de motocicletas gasolina que se venden constantemente a la espera del cambio de paradigma.
No obstante, como decíamos, las motos eléctricas nos obligan a aprender nuevos conceptos. Así, el depósito de gasolina quedará relevado por una batería cuyo número de ciclos de carga y descarga resulta crucial. Debemos tener presente que una batería tiene una cantidad determinada de ciclos de vida que una vez superada comenzará a afectar a la calidad de sus componentes. Y, por lo tanto, aflorarán los problemas en su funcionamiento.
También es preciso aludir a la autonomía. En concreto, nos referimos a la distancia que podremos recorrer con la energía acumulada en la batería de la moto. Este aspecto puede verse alterado por factores como la velocidad o incluso por la temperatura ambiente.
No podemos pasar por alto en este nuevo diccionario el concepto de las frenadas regenerativas. Nos referimos a un novedoso y más que sostenible sistema de frenado que aprovecha la inercia del motor. De esta manera, al disminuir la velocidad, se acumula parte de la energía cinética reaprovechándola para impulsar de nuevo al vehículo más adelante e incluso para poner en marcha otros sistemas.
Sin duda, la región andaluza debe tomar buena nota de todo esto, y acudir a las clases magistrales que sean necesarias, ya que es una de las comunidades, junto con Cataluña, con mayor número de motoristas de toda España.