Agentes de la Policía Nacional han detenido en Murcia a un hombre y una mujer como presuntos responsables de un delito relativo a la prostitución y otro contra la intimidad. Los detenidos habían instalado en la "casa de citas" que regentaban un circuito cerrado de cámaras, localizadas tanto en la mirilla de la puerta de acceso como en las diferentes estancias que grababan las actividades íntimas de las mujeres y los clientes.
Con el fin de dar apariencia de actividad ilícita, simulaban acuerdos laborales de colaboración en el ramo de la cosmética, formalizados documentalmente y cobrándoles cantidades adicionales si querían ser dadas de alta en la Seguridad Social, según informaron fuentes de la Policía Nacional en un comunicado.
En cumplimiento con el Plan Integral de Lucha contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual, los agentes constataron la existencia de una vivienda del centro de la ciudad en el que mujeres, que estaban ejerciendo presuntamente la prostitución, según las mismas fuentes.
Tras las oportunas gestiones policiales, los investigadores realizaron un registro en el citado inmueble, en cuyo interior se localizó a cinco mujeres, tres de ellas extranjeras y dos españolas, que habían sido captadas a través de anuncios publicados en diferentes medios de difusión, principalmente Internet. Los detenidos se habrían aprovechado del estado de necesidad de las mujeres que se encontraban en una delicada situación económica.
LES COBRABAN UN PORCENTAJE POR CADA SERVICIO SEXUAL
El análisis de los efectos intervenidos permitió constatar un ánimo de lucro de los responsables del prostíbulo, ya que, además de cobrar elevadas tarifas en concepto de alquiler de una habitación, se quedaban con un porcentaje elevado de todos y cada uno de los servicios sexuales que prestaban a las mujeres.
Además, llevaban a cabo una concienzuda e ingente actividad publicitaria tanto en Internet, prensa local, así como en vallas publicitarias situadas en las principales arterias de entrada a la ciudad.
Con el fin de dar apariencia de actividad lícita, los responsables del establecimiento simulaban acuerdos laborales de colaboración en el ramo de la cosmética, formalizados documentalmente y cobrándoles cantidades adicionales si querían ser dadas de alta en la Seguridad Social.
Durante la investigación se puso al descubierto la existencia en el prostíbulo de un estricto código de comportamiento de las mujeres en el interior del mismo, que debía ser aceptado y firmado por escrito por las mismas.
Además, se localizó un circuito cerrado de cámaras de seguridad colocadas tanto en la mirilla de la puerta de acceso al establecimiento como en el interior de las diferentes dependencias, que grababan no sólo a los clientes cuando entraban sino a éstos y las mujeres cuando estaban en las habitaciones. Por este motivo se investiga la violación a la intimidad que suponen las mismas.
La operación ha sido llevada a cabo por el grupo II de la UCRIF de la Jefatura Superior de Policía de la Región de Murcia.