El pasado verano se estrenó en Jaén una producción audiovisual que viene despertando gran expectación. La trama parecía atisbarse bastante parecida a propuestas de años anteriores; sin embargo, a pesar de suceder en el mismo marco y con argumento similar, ligeros cambios en el guion presentado hasta ahora, y la irrupción de un nuevo personaje, ha llevado a que sea seguida con gran curiosidad.
No la encontrarán en las plataformas digitales, sino que se exhibe en las calles de la capital provincial.
Los acontecimientos que ha ido presentando han llevado a despertar en muchas ocasiones incertidumbre en los que la siguen, al volverse complejo intuir lo que esté por venir.
Más momentos de tensión de los esperables para una temporada inicial y numerosos elementos que han entrado en juego, la han vuelto hasta difícil de seguir a veces. No obstante, a pesar de no haber contado con los típicos capítulos de transición de cada serie, lejos de concluir este primer tramo de episodios con calma, lo hace presentando unas dudas que llevan de nuevo a la curiosidad de saber qué ocurrirá.
Así es, tras elegir como espacio para la mayoría de los hechos los balcones frente a la Catedral en la plaza de Santa María, el guionista se propuso en esta primera temporada mantener continuadamente en tensión al espectador y parece que lo está consiguiendo.
En la cronología se observa desde un fuerte arranque, en el que las negociaciones entre los partidos que optaban a estar al frente del Ayuntamiento de Jaén generaron días de intensas idas y venidas; pasando a las tempranas polémicas en relación al interés de determinados políticos por conocer la ideología de algunos trabajadores municipales; tweets sobre igualdad que despertaron descontento; las dudas sobre posibles censuras en el apartado cultural; columnas de opinión de políticos que generaron gran debate; una fuerte confrontación en la que se vieron involucrados abogados del Consistorio que denunciaban un trato para nada justo; las enormes dificultades económicas de esta institución pública local; ataques indiscriminados desde el inicio del mandato por parte de la oposición que provocaron extrañeza en el espectador ante la posterior tentativa de cambio de gobierno o las investigaciones que llegaron a los juzgados por un caso de una posible denuncia falsa por compra de votos en las elecciones municipales.
Todo ello, quedando sin mencionar varios momentos subrayables más, ha sucedido a lo largo de esta primera temporada. Sin embargo, parece estar llegando la “traca final” antes de vivir días de descanso con la llegada de agosto.
Un nuevo carrusel de acontecimientos, en los que aparecen situaciones de desencuentro cada vez más frecuentes entre los grupos que conforman un equipo de gobierno que presumía de gozar de gran solidez. No quedando ahí el giro de guion, viene habiendo fricción en uno de estos partidos, pues parece haber una figura que no termina de seguir la misma línea, en muchos momentos, que su formación política.
Un final que observa, también, en estos últimos días, numerosas críticas por parte de los portadores de la llave de la alcaldía a la que iba a ser la gran aliada, la Junta de Andalucía.
¿Qué estará por venir en la segunda temporada tras el mes de agosto? Como dicen los seriéfilos, tremendo
cliffhanger.