Abrió el programa, selecto y ameno, la obra "Chacona", de Purcell, siguiéndole la "Sinfonía nº 12 en Mib", en cuatro tiempos, de Baguer. Una deleitable "Sinfonía de los Juguetes", de Mozart, despertó especial simpatía entre los oyentes debido a la extraordinaria participación de tres niños que acompañaron a la orquesta haciendo sonar con auténtica maestría unos graciosos instrumentos que ambientaron alegremente la sonoridad orquestal. De Tchaikovsky fue interpretada su "Canción triste" y, del maestro Joaquín Rodrigo, la "Canzoneta para violín y orquesta", en la que intervino como solista el violinista Javier Claudio, que demostró un singular control del arco, así como afinación, musicalidad y fraseo muy destacables. En atención a los prolongados aplausos del público, la orquesta interpretó dos piezas extras, "Pavana de España", de Praetorius, y el donoso pizzicato "Plink, Plank, Plunk", del compositor americano Leroy Anderson.
La Joven Orquesta de Cámara Promúsica de Málaga ofreció, en definitiva, un heterogéneo y delicioso concierto, de óptima calidad sonora, contrastes dinámicos claros y delicada ejecución, todo ello sin duda fruto de una excelente labor de ensayos con su director Javier Claudio, que en este destacado concierto de Torremolinos demostró además su destreza haciendo que los jóvenes instrumentistas utilizasen todo su potencial musical. Verdaderamente la Joven Orquesta sonó como los propios ángeles.