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España

¿Nueve? meses de infarto

Las dudas sobre si el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez, adelantará las elecciones generales no terminan de aclararse

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Las dudas sobre si el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez, adelantará las elecciones generales no terminan de aclararse, pero lo que sí es seguro es que al Ejecutivo le esperan meses complicados para agotar, sea en otoño o en la primavera, la legislatura.

Más allá de hasta dónde afecte a España la situación que viven países como Grecia, los "asuntos internos" son lo suficientemente importantes como para marcar el futuro del Gobierno.

Tras superar el primer escollo en el Congreso con la convalidación ayer del decreto de reforma de la negociación colectiva, la siguiente cita importante del Ejecutivo tendrá el mismo escenario: la Cámara baja.

Será del 28 al 30 de junio en el debate sobre el estado de la Nación, donde el jefe del Ejecutivo tendrá que demostrar la fortaleza del Gobierno tras el varapalo electoral del pasado 22 de mayo.

Aunque el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, ya ha sido proclamado candidato oficial del PSOE para las próximas elecciones, será Rodríguez Zapatero quien se enfrentará a las más que probables críticas del líder de la oposición, Mariano Rajoy, y del resto de portavoces en sede parlamentaria ante la situación económica.

Pero aunque el debate más importante del año servirá como termómetro de hasta dónde llega el temple de Zapatero, no será éste el momento más decisivo al que se tenga que enfrentar en las próximas semanas.

Por el camino le espera, primero, la aprobación del techo de gasto, paso previo a la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado, claves para el futuro del Gobierno.

Si Zapatero no consiguiera los votos suficientes para sacar adelante las cuentas de 2012 se vería obligado a prorrogar las actuales, lo que se podría ver como un síntoma de la debilidad del país, según advierte la oposición.

De entrada el Gobierno cuenta sólo con dos posibles apoyos de peso: el PNV y CiU, aunque ninguno de ellos está asegurado.

Quien sí le ha garantizado a Zapatero la "estabilidad" que necesita para acometer las reformas económicas es Coalición Canaria.

Su portavoz en el Congreso, Ana Oramas, aseguró ayer al presidente el apoyo de los dos diputados de CC, una vez que éste le prometió que mantendrá las ayudas al sector aéreo en las Islas.

Todo ello con el acuerdo de Gobierno para Canarias alcanzado entre PSOE y CC como telón de fondo.

También podría favorecer al Ejecutivo el acuerdo alcanzado entre el PSN y UPN en Navarra, ya que los regionalistas navarros tienen dos diputados en el Congreso, como CC.

En el capítulo de malas noticias, a Zapatero le espera, si se cumplen los pronósticos, la llegada del PP a la presidencia de la Junta de Extremadura, tras casi 29 años de hegemonía socialista.

Los resultados de las elecciones autonómicas harán también más difícil la posición del Gobierno en los órganos en los que están representadas las comunidades.

El aumento de autonomías gobernadas por el PP llevará a más consejeros populares a sentarse en las sillas del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), que celebrará su próxima reunión a finales del mes de julio.

Allí se debatirá, previsiblemente, la deuda de las comunidades autónomas, cuyo techo de gasto quiere limitar por ley el PP.

Este partido ha pedido además que se aborde la "delicada" situación de la mayoría de los servicios regionales de salud, que presentan, según los populares, dificultades para llegar a fin de año dada su elevada deuda y su incapacidad para afrontar el pago a proveedores.

En el PP quieren también que se celebre una Conferencia de Presidentes para tratar los problemas financieros de las comunidades y analizar el cumplimiento del acuerdo de financiación.

Lo que sí es seguro es la celebración de la Conferencia Política del PSOE, prevista para los días 30 de septiembre y 1 y 2 de octubre.

De esta importante cita de los socialistas saldrá el programa electoral del partido para las próximas elecciones generales.

Quizá sea este el momento en el que el partido pueda tomar oxígeno y dar, por extensión, fuerzas al Gobierno para afrontar lo que resta de legislatura, sea lo que sea.

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